Su primer tanto en Primera le llegó más tarde de lo previsto. Unos 11 meses después. Pero vaya que le valió la pena la espera.
El joven Juan Bustos Golobio marcó ayer un golazo ante Uruguay de Coronado; el tercero de Saprissa en el partido y el primero en su cuenta en la máxima categoría del futbol costarricense.
La descripción es simple: el uruguayo José Carlos Cancela le envió la pelota por arriba desde el costado izquierdo, y Bustos, sin dejarla caer, la estampó con todo desde fuera del área. Nada que hacer para Ricardo González.
La anotación es una confirmación de que el prometedor volante está de vuelta, luego de superar una ruptura de ligamento cruzado en su rodilla izquierda, la cual solo le permitió estar en tres juegos al inicio del Invierno 2011.
El último de ellos fue el pasado 28 de agosto ante Orión, en el estadio Ricardo Saprissa.
“El gol me da mucha confianza. Mucha. Cada vez me siento mejor de la rodilla y mejor físicamente. Sin embargo, lo más importante es que el equipo ganó”, dijo.
“Nunca había hecho un gol así. Es una jugada que practicamos, pero no siempre sale. Después de que entró me pasaron muchas cosas por la cabeza, pero principalmente felicidad por todo el esfuerzo y sacrificio que he hecho”, añadió.
Zona media. Bustos ha calzado a la perfección en el esquema que ofrece en la zona media Daniel Casas, línea que hasta el momento genera evaluaciones muy positivas.
El volante mundialista Sub-17 en Nigeria 2009 y Sub-20 en Colombia 2011, apoya a Yeltsin Tejeda en la marca y asiste en la creación a Cancela y a Manfred Russel. Es el que da el equilibrio; razón principal por la que repitió en la titularidad.
“Cada vez nos sentimos mejor. Vamos acoplándonos de la mejor manera. Pero lo importante es que se gana”, adujo el mediocampista.
Más allá de que Bustos se robó el show con el gol, sí se va a tener que hablar de la cintura saprissista, donde sin duda hay que dedicarle unas líneas al trabajo de Cancela.
El charrúa ayer no tocó la red, pero sirvió uno y gestó otro (el de Douglas Sequeira, tras dejar solo a César Elizondo con un elegante globo por en cima de dos defensas).
Es claro que el líder ofensivo, con su buen criterio para pasar el balón abriendo la cancha o yendo hacia adentro, marca diferencia.