Jóvenes exsaprissistas conquistan el sueño americano en el fútbol de EE. UU.

Saprissa los apoyó para que se unieran a la John Brown University de Arkansas, donde entrenan, juegan fútbol y estudian una carrera profesional

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El anhelo de llegar a jugar en Primera División con Saprissa se desvaneció de un momento a otro. Desde niños integraron las ligas menores del cuadro morado y la ilusión era ser parte del equipo mayor, pero la dura competencia los hizo a un lado, a algunos los llevó a rodar de equipo en equipo y otros hasta sintieron frustración.

Pero el fútbol no abandonó a Steven Cisneros, Marco Brizuela, Óscar Carballo y Kendall Acuña, quienes recibieron una oportunidad, la aprovecharon y hoy hacen realidad el sueño americano.

Estos jóvenes dejaron el país, fueron becados por la John Brown University de Arkansas y no solo juegan fútbol, sino que estudian, trabajan en la misma universidad y hablan inglés en un alto porcentaje.

Los cuatro son titulares en el equipo universitario, afirman que han mejorado el nivel futbolístico, porque igual que ellos han tenido contacto con muchachos de otros países como España, Francia, Bélgica y Canadá, quienes llegaron con la misma intención de crecer en el balompié.

Los costarricenses están felices con la experiencia y muestran una sonrisa cuando mencionan la posibilidad de llegar lejos, incluso ser fichados en la MLS.

“Nosotros vivimos en la universidad, nos dan la opción de elegir una carrera, recibimos clases en las mañanas y en las tardes entrenamos con el equipo”, afirmó Óscar Carballo, quien tiene tres años y siete meses becado por la John Brown University.

Alfonso Méndez, quien es el enlace con la Universidad y llevó a los jóvenes a vivir la experiencia, expresó que la beca es de $160.000 (₡91 millones) por cuatro años.

“Saprissa le ha dado seguimiento a estos muchachos, incluso Marco (Brizuela) llegó a entrenar con la Primera División, pero de todos los jóvenes que están en ligas menores, solo un 1% llega a jugar profesionalmente. El fútbol es un don maravilloso, pero mal manejado es un pasaporte a la pobreza”, indicó Méndez.

Él tiene negocios en Estados Unidos y fue contactado por la universidad para plantearle el programa, se unió al centro de estudios y es el encargado de recomendar a los muchachos que son elegidos con el beneficio de la beca.

Óscar, quien juega como volante creativo, tiene 24 años y estudia gerencia de proyectos de construcción (carrera similar a ingeniería civil), resaltó que ya ha sido campeón con el equipo, premiado como novato y jugador del año, pero lo mejor para él es que la beca lo ayudó a surgir en la vida.

“No sé a qué me hubiera dedicado si no estuviera en Estados Unidos, sé que no estaría estudiando, tal vez no hubiera seguido jugando, o quizá laborando en un call center, que no lo critico, pero esta oportunidad me ayudó a madurar y crecer como persona y futbolista”.

Kendal Acuña tiene 22 años, es defensa central y recordó que al salir de Saprissa estuvo en algunos equipos, en otros entrenaba solo y estuvo en cuadros de terceras divisiones y llegó a dejar los estudios a un lado, pero en suelo norteamericano optó por estudiar Kinesiología (disciplina que estudia la actividad muscular del cuerpo humano).

“Allá tenemos de todo para prepararnos y hasta trabajamos en la cafetería de la universidad o en el gimnasio. Yo soy conserje y estudio, mejoré el inglés, que lo llevé un año aquí en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), pero estar allá (Estados Unidos) me sirvió un montón para desarrollarme”.

Marco Brizuela destacó que cuando Wálter Centeno dirigió a Saprissa lo llevó al primer equipo, pensó en ese debut que no se dio y con el tiempo lo pensó mucho para tomar la beca y ya tiene cinco meses realizando su sueño.

“Siento que estamos en un nivel de competencia alto, porque nos rozamos con jugadores de toda Europa o Suramérica. Me costó irme porque estaba con Uruguay de Coronado y sentía que estaba cerca de subir a Primera, que lo podía conseguir”, dijo Marco, quien no se arrepiente del paso que dio.

Ellos estuvieron de vacaciones en Costa Rica, pero ya regresaron a los entrenamientos y los estudios en Arkansas, mientras que debido al éxito de estos cuatro jóvenes, Saprissa planea enviar más muchachos para que tengan sobre todo la opción de cursar y aprobar una carrera profesional.