El técnico cartaginés Javier Delgado es esquivo a los experimentos.
Eso se puede ver sencillamente en su parado táctico a lo largo del torneo, por lo que difícilmente variará el próximo domingo ante Herediano en la semifinal.
Su 4-2-3-1 es constante. La línea de cuatro defensores es quizás una de las fortalezas del equipo brumoso, siempre con orden y con aplomo de todos los que han jugado en esa zona a lo largo del certamen.
La zona de contención es la que podría variar, no de posición, sino de hombres. Danny Fonseca es un capataz en la recuperación y ha tenido como socios a Félix Montoya, dos volantes de características muy similares.
Empero, el buen nivel que mostró Néstor Monge con su función de mixto lo hacen llevar ventaja para ser el acompañante de Fonseca, y darle esa transición en el engranaje de defensa a ataque.
En la siguiente línea, Cartago tiene la visión del uruguayo Paolo Cardozo, encargado de la creación del subcampeón nacional.
Cuando Cardozo llega enchufado, los mediapuntas Paolo Jiménez y Pablo Herrera (en ocasiones estuvo Eduardo Valverde también) tienen quién los alimente, y es allí cuando Cartaginés se torna peligroso en ataque, con verticalidad y mucha velocidad.
Como único punta se presenta Eric Scott. El experimentado atacante es un pivote nato, es especialista en jugar de espaldas al marco y cuando encuentra espacios en el área sabe sentenciar. Anda enrachado y eso le da ventaja con respecto a su contrincante del puesto, Randall Brenes.
Un par de veces ya Scott y Brenes jugaron juntos. No lo hicieron mal, pero hubo un sacrificio de un mediapunta. Para el domingo esa decisión será responsabilidad de Javier Delgado.
Como locales los brumosos demostraron ser un equipo aplomado atrás, pero de la creación hacia adelante quedó en deuda.
Es por eso que el rompecabezas de Javier Delgado deberá ser arriesgado, aunque ya el timonel adelantó que tienen muy presente que están disputando una serie de 180 minutos.