Iñaki Alonso se va de Costa Rica con lamentos y una promesa al Saprissa

El técnico quería una revancha de la final anterior y deseaba mostrarle el país a su familia, pero este jueves debió irse hacia España

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Iñaki Alonso se despidió de la afición de Saprissa con un mensaje en el que destacan algunos lamentos y frustraciones por su salida anticipada del club, pero también tuvo espacio para hacer una promesa: siempre llevará puesto el color morado. De esa forma, el español abandonó Costa Rica este jueves.

Con una imagen publicada en sus redes sociales, el extécnico del Monstruo se refirió por primera vez a la rescisión del contrato, anunciada el pasado 7 de abril.

“Desde el día que me comunicaron la decisión de que mi aventura en el Saprissa terminaba, han sido días muy largos y de muchas llamadas, sin tiempo para despedirme de vosotros”, se lee en las primeras líneas de su mensaje.

En uno de sus primeros lamentos aseguró que había sido tan feliz en Costa Rica, que ya tenía programada la llegada de su familia, la cual debió cancelar.

“(...) Quería que ellos también tuvieren el privilegio de poder ser testigos de todo lo que les transmitía de vuestro país y de poder disfrutar junto a ellos de vuestros increíbles parajes naturales y de la cercanía y de la hospitalidad de los ticos”.

Desde el plano deportivo, Alonso se marcha con la convicción que lo caracterizó incluso en los peores momentos. Nunca envió una palabra de darse por vencido, aunque los resultados hablaran por sí mismos.

“He tenido el privilegio de poder llegar a la Gran Final y se nos escapó la 37 por los pelos... Me quedo con la frustración de no poder tener esa revancha ya que seguía creyendo en nuestro trabajo y en esta plantilla.

“He disfrutado de cada entrenamiento, del agradecimiento constante de los jugadores porque veían que estábamos creando una base importante, de la evolución de los jóvenes talentos y un largo etc...”.

Recordó el respeto por el Saprissa y su “gran afición”. Y aunque “nunca será fácil despedirse”, quiso hacerlo dejando claro el impacto que provocaron estos meses dirigiendo al conjunto tibaseño.

“Me despido con la convicción de haberme entregado por completo, en honor a la grandeza y a la historia de este gran club. Al final en el fútbol todos sabemos que imperan los resultados y los entrenadores estamos expuestos de tal manera que siempre somos los primeros que debemos estar preparados para abandonar el barco”.

“Nada más ser nombrado como técnico de Saprissa recibí una gran cantidad de mensajes que me hablaban de la grandeza y de la historia de la entidad y no era consciente de lo que realmente era Saprissa y el saprissismo hasta que llegué al país”.

Finalmente, cerró su carta dejando una promesa: “Ahora que sé lo que es el Saprissa seré un embajador más de la morada por el mundo, con el orgullo que eso supone”.