La paz le llegó al Herediano en medio del barreal que fue ayer la gramilla del Estadio Ecológico de la Universidad de Costa Rica.
Cuatro goles para una victoria fueron el corolario de siete días en que empataron a un gol con Santos, se destituyó al técnico, para volver a contratarle al día siguiente, los jugadores se alzaron en huelga y recibieron pagos atrasados.
Toda esta turbulencia fue descargada, con furia y tantos en contra de los académicos, que viven su propia tragicomedia, en la cual el técnico Juan Diego Quesada funge como actor principal del drama.
El partido era de vital importancia para las aspiraciones de ambos, aunque sus ambiciones son diametralmente opuestas, ambas divisas necesitaban canjear los 90 minutos de juego por tres puntos.
Heredia necesitaba mantenerse entre los mejores, la U alejarse de los últimos lugares.
Los primeros minutos fueron albicelestes, pero el buen toque y trato del balón de nada sirve sin peso y pericia frente al marco rival.
La única jugada clara de los 90 del cotejo para los locales tuvo como protagonista a Minor Díaz al 12', quien solo ante el meta florense Leonel Moreira falló el intento.
De ahí en adelante los universitarios desaparecieron.
Al 22' Víctor Núñez bajó el cuero dentro del área rival y la llegada de atrás de Bismark Acosta finalizó en el fondo de las piolas.
Con el 0-1 a favor Herediano se dedicó a controlar las acciones.
El final fue anunciado por José Cancela al 52', su disparo fue escupido por la madera, y ni el escandaloso remate despertó a los rayados.
Al 70', Cancela le dejó su lugar a José Sánchez, que personificó la estocada final para los de Quesada.
Al 74', Sánchez cobró una falta que le cometieron y envió el balón a besar las redes, 2-0.
Sánchez, cuyo padre falleció el torneo anterior en ese mismo estadio, barrió por la banda derecha y fue la pieza clave del juego.
En ningún momento pareció posible que los heredianos fueran a sufrir por un “0-2 traicionero”.
El equipo del Alma Máter carece de los recursos para incomodar a una de las planillas más pesadas del futbol nacional y ayer esto fue más que evidente.
Para terminar de encontrar la luz al final de la conflictiva semana los heredianos se dieron el lujo de anotar dos veces más.
José Miguel Cubero al 86’ y Robert Arias, un minuto después, se llenaron las gargantas de gol.
Cuando el central señaló el circulo central, los rojiamarillos, sudados y lleno de barro, festejaron, con la goleada los malos días parecen un mal recuerdo, mientras que la U sigue buscando respuestas.