Cartago. La incontestable derrota de Herediano ante Cartaginés el domingo no solo significó el primer revés en esta nueva era de Jafet Soto como técnico; fue también la confirmación de que al Team su aura de favorito se le empieza a escapar del cuerpo.
Después de aquella victoria ante el León de México los florenses habían levantado la mano en busca de esa atención que lo joven del Invierno les negaba, un protagonismo que se pensó solo necesitaba del reactivo de los minutos; pero que ahora, 10 juegos después, se empieza a cuestionar.
Herediano perdió en el Fello Meza el amplio colchón que su postergado calendario le había dado, y ahora, con solo tres partidos menos que los brumosos (cuartos en la tabla de posiciones), ya mira la zona de clasificación a 10 unidades de distancia.
Si bien esa compleja desventaja se materializó en Cartago, lo cierto es que en sus últimas seis presentaciones la problemática rojiamarilla había tomado tonos críticos, con una dinámica que gozaba del dominio pero carecía, casi por completo, de la definición.
Por eso que ahora, sin la gracia de la matemática y con un fútbol que extraña la soltura de antaño, los florenses deberán empezar desde ya a trabajar con la consigna de recortarle algo a los líderes.
Bajo ese objetivo los dos juegos que le deben a Alajuelense y Saprissa de la primera vuelta se tornan vitales, no solo por el puñado de puntos en juego sino también por la autoridad de ambas paradas, ese crédito que hoy Herediano busca con tintes de urgencia para volver a decirse, y sentirse, favorito.