Heredia vivió ayer la resaca del título

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Heredia. Extasiados, felices y hasta incrédulos, los habitantes de las Ciudad de las Flores vivieron ayer la resaca de un título que, desde las últimas horas del sábado, les dio una razón más para festejar por media calle.

Por las aceras heredianas caminaban ayer decenas de personas vestidas con la camiseta del Club Sport Herediano, y por las calles, otros tantos vehículos circulaban adornados con enormes banderas rojiamarillas.

Hasta el camión de la basura, que se detuvo un instante frente al estadio Eladio Rosabal Cordero para recoger los despojos de la final, cumplió su ruta por las calles ondeando la bandera florense.

La tradicional tonada “pi, pi, piii, pi, pi, piiii”, se escuchaba aún de tanto en tanto, ejecutada a ritmo de claxón por carros que parecía haber quedado rezagados de la caravana del triunfo.

En el mercado municipal no había más tema de conversación.

Que “pobrecito Cartaguito”; que “qué gran remontada”; que “casi me da un infarto en los penales”; que “yo siempre creí que ganaríamos”: clientes y dependientes se olvidaron de los saludos y preguntas de siempre para recordar cómo vivieron el título 23.

Unas cuadras al norte, en la casa del Team , varios aficionados se acercaron desde buena mañana a los portones del estadio, armados con cámaras banderas y camisetas, en busca de un autógrafo o una fotografía con sus ídolos.

Era el único recuerdo que podían conseguir ahí, porque en la tienda oficial que el club inauguró el miércoles, el último llavero se vendió muchas horas antes de Pablo Salazar levantara la copa de campeones nacionales.