¿Cuánto se juega Saprissa en este clásico ante Alajuelense?
Tenemos muy claro que los partidos que quedan hay que puntuar de a tres lo más rápido posible, para terminar de amarrar la clasificación en las posiciones que siempre hemos dicho y querido desde que empezó el torneo.
¿Llegan a ese duelo con más presión de la planificada?
Yo creo que cualquier persona que está aquí adentro está preparada para todo este tipo de situaciones. En mi caso, ser el tercer entrenador que más partidos tiene en esta institución ya me da un aval como para saber que cada juego acá es una final, y ni se diga cuando es Alajuela, así que eso no me desvela.
La afición afirma que el principal responsable de la situación del equipo es usted. ¿Qué opina?
Para mí es normal, y vuelvo a insistir, ya tengo no sé, más de 300 partidos de estar con esta camisa tanto de jugador como de técnico. Saprissa me contrató por una experiencia y unos logros que no hay en el país, entonces para mí eso es totalmente normal.
¿Es el clásico un partido para más pruebas en la alineación?
A ver, pruebas es algo que nunca he enseñado aquí en la cancha o en partidos de entrenamiento o de pretemporada, si yo inventara algo como si nunca hiciera nada. Pero lo que se hizo ante Pérez Zeledón no fue ninguna prueba.
¿No fue una prueba incluir un jugador como Allan Alemán, que solo tenía 43 minutos de juego?
Las pruebas para ustedes no es lo mismo que para mí. Yo veo a los jugadores todos los días en los entrenamientos. Cuando acepto jugar partidos amistosos es para observar esos jugadores y esperar el momento que a la larga mi conocimiento y experiencia me dice que están (para jugar), entonces para mí no fue ninguna prueba.
¿Fue un acierto incluir un jugador con tan poca regularidad?
El rendimiento del jugador, para lo que yo pretendí, cumplió con lo que yo quería.
¿Observa lejana la posibilidad de volver al liderato?
Nuestro norte no ha sufrido ninguna variante, sabemos que en este momento lo más importante para el club es conseguir los partidos que quedan en casa y los de afuera, para amarrar la posición que siempre hemos dicho que queremos, que es el primer o segundo lugar.