Agobiada por su deseo de llegar a ser profesional y cumplir sus sueños de jugar al fútbol, Raquel Rodríguez Cedeño cedió ante la presión y sola, en el cuarto de su casa, empezó a llorar.
Sentía que el mundo se derrumbaba, que no había más allá y que todo por lo que estaba luchando se iba a quedar en puras ilusiones.
Sus padres entraron a su habitación al escuchar su llanto, la consolaron y la motivaron a no darse por vencida, a seguir tras sus objetivos, a pesar que el futuro parecía más incierto que nunca.
De aquel momento de debilidad han pasado más 10 años, la Raquel Rodríguez de hoy es una mujer segura, llena de triunfos y convencida que la decisión de continuar fue la más acertada. Fue la decisión que la llevó a estudiar fuera del país, a ser seleccionada nacional, mundialista y estandarte del fútbol femenino costarricense en la actualidad.
“Si pudiera retroceder el tiempo y hablarle a esa Raque pequeña, yo le daría un gran abrazo y le diría que lo está haciendo bien. Que el esfuerzo nunca es en vano, que no se estrese tanto, porque si está para mí, va a pasar, pero sino, que tenga fe que hay algo mejor”, comentó Rodríguez.
La joven de 27 años y actual jugadora del Portland Thorns FC, de los Estados Unidos, recordó emocionada este martes sus inicios en el balompié, al ser nominada como parte de los atletas BAC Credomatic y en donde Laura Moreno, vicepresidenta de Relaciones Corporativas de la entidad, destacó los logros de la deportista, tanto a nivel nacional como internacional.
“Es que yo lo quería tanto. Quería alcanzar mis sueños futbolísticos tanto, tanto, que fue desgarrador para mí el solo pensar que tenía que renunciar a ellos. Durante un par de meses tuve esa incertidumbre si iba a poder continuar o no. Después de hablar con mis padres y tras recuperarme mentalmente me dije a mí misma que debía llevarlo más suave y no desesperarme. Estaba entrenando mucho, estudiaba en las madrugadas y casi no dormía. Fue parte de mi crecimiento y mi madurez”, explicó Rodríguez.
Raquel confesó que ella misma era la que se presionaba más de la cuenta, la que se exigía y quien la llevó a un límite de la desesperación al no ver los resultados que esperaba.
“En la vida he tenido que aprender a frenarme, a pensar más en frío las cosas. Es por ello que yo le daría ese abrazo a la Raque pequeña, le pediría que no se presione, que disfrute más. Tengo claro que esa presión me llevó también a cumplir mis metas, pero hay cosas que solo la vida y el tiempo nos dan. Uno no aprende por consejos, uno aprende por la experiencia y creo que es la mejor manera”, enfatizó Rodríguez.
Ante México. La goleadora histórica del seleccionado femenino, con 43 goles en 73 partidos, afrontará el reto de medirse con la representación de México este 20 y 23 de febrero, en una doble programación que le permitirá al cuadro dirigido por Amelia Valverde conocer cuál es su momento, en la época de pandemia en la cual vivimos.
“México actualmente es una potencia. Cuenta con los recursos e infraestructura y el torneo que están montando es muy interesante. Siempre he dicho que Costa Rica tiene muchísimo talento y por eso es importante seguir creciendo, porque el área y las mismas islas han crecido y el que se queda atrás pierde. Por eso es crucial medirnos para ver cómo estamos”, reiteró Rodríguez.
La futbolista, quien estudió Administración Deportiva en la Universidad de Filadelfia, donde fue becada tras ser observada en un fogueo mientras era infantil y quien fue elegida con el Premio ESPY a la mejor atleta universitaria en 2016, añadió que frente a las aztecas será un juego para seguir fortaleciendo al combinado patrio.
“Muchas jugadoras estamos empezando temporada, algunas están fuera de ritmo, por lo que no estamos en nuestro máximo ritmo de juego y en México pasa algo similar. Este es un fogueo para sacarle provecho, para saber cómo estamos las legionarias y crecer como grupo sin que el resultado sea el objetivo, más que todo porque estamos aún en la pandemia”, acotó Rodríguez.