Giuntini perdió la cabeza y sus hombres la contienda

Orden florense del primer lapso decayó y derivó en caos mental en el segundo tiempo

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Si un general pierde la cabeza, su ejército se extravía y sucumbe en la batalla.

Que sirva esta imagen bélica para explicar el desenlace de un duelo intenso e irregular a la vez.

El encuentro fue disparejo, porque a pesar de las carencias futbolísticas en ambos elencos, a fin de cuentas el choque elevó bastante los niveles del fervor.

En el plano estratégico, el libreto florense se desdibujó hasta el caos en el segundo tiempo, tras la expulsión de Alejandro Giuntini, director técnico rojiamarillo.

La razón es simple. Una vez que el timonel salió castigado, por sus protestas excesivas, Herediano comenzó a precipitarse en un descontrol táctico y estratégico que, finalmente, le pasó la factura.

Claro, es preciso apuntar que el árbitro Ricardo Montero fue permisivo con la inusitada violencia que los saprissistas aplicaron en los primeros tramos del choque.

No obstante, se puede afirmar que la victoria tibaseña es justa. Mas, vale decir también que el elenco de Alexandre Guimaraes evidenció su tarea pendiente en varios aspectos, como la falta de punch.

Y es que, en general, las virtudes futbolísticas fueron escasas por parte de ambos contendientes.

Erraron en los pases, fallaron en la conducción del balón, carecieron de visión a marco y muchas llegadas ocurrieron por chispazos, no por el sentido del planeamiento.

De las ideas... En el libreto de Giuntini prevaleció el control del mediocampo. En ese aspecto, José Miguel Cubero destacó especialmente.

El afanoso transitar de Cubero no solo le permitió cumplir con las tareas de contención; también solventó las falencias de sus compañeros del mediocampo: José Carlos Cancela, presionado al centímetro por Yeltsin Tejeda, y Marvin Angulo, presa fácil de Douglas Sequeira.

El balance parcial del primer tiempo asignaba los réditos al equipo florense, que controlaba hasta entonces las circunstancias del choque, con mejor manejo de la pelota que los tocadores de Saprissa.

Entre tanto, en similares circunstancias a las que ejercía José Miguel Cubero en la cintura de su equipo, el trabajo del morado Douglas Sequeira se hacía notar también en sus desdobles de contención y enlace. Ambos eran los mejores exponentes del espectáculo.

... a la ofuscación. No más de entrada en el segundo tiempo, Herediano bajó las revoluciones ofensivas.

Su situación se agravó al sufrir la expulsión de William Quirós, luego de que el promisorio novato “se ganó” la segunda amarilla.

A esas alturas, el esquema de Giuntini, un técnico conocedor pero incapaz de controlar su carácter, se diluía, se desdibujaba; hasta que Giuntini observó la tarjeta roja.

Con 10 piezas y sin su estratega, Herediano empezó a ceder y Centeno convirtió de penal, al minuto 81.

Tras sendas y extraordinarias tapadas de Daniel Cambronero y Víctor Bolívar, el juego terminó.

Si un general pierde el seso, sus hombres caen en la batalla; he aquí una síntesis de lectura fácil.