Futbolistas y técnicos se quejan de Unafut por restringir posibilidad de criticar

Unafut insiste en que los actores de Primera División tienen derecho a hablar y criticar, pero no a ofender

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"Ya con nuevos reglamentos es mejor callarse, irse a la casa, meterse al baño, gritar y hacer burbujas, gárgaras... no se puede expresar lo que uno siente". Con esas palabras, Adolfo Machado, jugador de Saprissa, se quejó del reglamento disciplinario de la Unafut.

Este es el sentir de muchos jugadores y técnicos del fútbol nacional, quienes desde el inicio del Invierno 2016 han mostrado su descontento por las sanciones que recibirían si sus palabras son interpretadas como ofensivas, difamatorias, calumniosas o injuriosas cuando se refieren a árbitros, miembros de Unafut o Fedefútbol, aficionados, delegados de campo o junta bolas.

Por eso, los futbolistas ahora evitan hablar sobre su descontento en temas de arbitraje o hacer críticas a la Unafut.

"Estamos imposibilitados para hablar. Nosotros podemos hablar perfectamente del Presidente de la República, de un miembro de la Asamblea Legislativa y no pasa absolutamente nada, pero si jugadores de fútbol y técnicos se refieren a otras cosas que se dan dentro del fútbol, vamos a ser castigados, o sea que en el país de la democracia no podemos hablar", expresó el técnico morado Carlos Watson.

Similar criterio comparte el estratega de Herediano, Hernán Medford. Luego del triunfo del miércoles ante Alajuelense, daba la sensación de que quería hablar sobre una falta de José Andrés Salvatierra contra su jugador William Quirós, pero prefirió abstenerse.

"Esa entrada, no sé... si eso no es roja, no sé qué puede serlo, pero ahora no se puede hablar de tantas cosas, uno no puede comentar eso", señaló.

Lo que desencadenó esta situación fue un cambio en el artículo 44 del reglamento disciplinario de la Unafut para el periodo 2016-2017, el cual se refiere a la manifestaciones ofensivas por medios de comunicación colectiva.

El texto establece que cualquier expresión que se haga de "manera ofensiva, difamatoria, calumniosa o injuriosa (...)" será sancionada con multa de ¢400.000 la primera vez, con ¢450.000 la segunda y con ¢500.000 las veces siguientes.

Esa sanción ya exístia, pero a partir de este certamen se le incluyó un párrafo que hizo que el artículo tomara protagonismo entre los involucrados en la Primera División.

Las líneas que se le agregan a dicha disposición son las siguientes: "Las mismas penas se aplicarán cuando dichas manifestaciones ofensivas, difamatorias, calumniosas o injuriosas sean dirigidas contra la Unafut o Fedefútbol, como organización o bien contra sus directores, fiscales, gerentes, personal administrativo o personeros".

Es decir, la mayor modificación se da al incluir de forma específica a la Unafut y a la Federación Costarricense de Fútbol dentro de la lista de personas físicas o jurídicas contra las que no pueden haber manifestaciones ofensivas.

"En realidad esa norma no es nueva, tiene muchos años de estar funcionando, solo hicimos un cambio de redacción, a prueba de todo... para que la gente lo entienda bien", expresó Julián Solano, presidente de la Unafut.

Por eso, los jugadores y técnicos tienen muy presente el riesgo de sanción por mostrar algún descontento sobre los árbitros, aunque estos estaban dentro del artículo desde tiempo atrás.

Por ejemplo, el arquero belemita Luis Torres dijo tras el partido ante Herediano, que prefería no comentar con la prensa situaciones que se dieron con el arbitraje.

"Es la prensa la que debe analizar lo que pasa en los partidos, nosotros no vamos a hablar porque nos castigan. Estamos como en un régimen, como era Cuba, si decís algo contra los que mandan te castigan, es por eso que no vamos a hablar sobre temas de arbitraje u otras situaciones que se dan en la cancha aunque nos perjudiquen", acotó Torres.

Mientras tanto, en la Unafut insisten en que los actores del fútbol pueden hablar sobre lo que no les parece, por lo que no consideran que se esté afectado la libertad de expresión.

"La crítica está abierta, pero no se puede pasar a la ofensa. No tenemos que aceptar de nadie palabras que cuestionen la honorabilidad", afirmó Solano.

El jerarca de la Unafut insistió en que a él o a un árbitro sí le pueden decir que es "malo", por ejemplo, pero no llegar a tratarlos de "ladrones" o "corruptos".

La línea que define qué es una ofensa puede ser muy delgada, pero Solano asegura que las personas del Tribunal Disciplinario deberán estudiar cada situación.

"Los que analizan cada caso son abogados, tienen la formación suficiente para saber y determinar cuándo se ofende el honor de una persona. Se aplican los principios generales de derecho y es parecido a lo que tenemos en el Código Penal", comentó.

El artículo 43 también ha sido centro de crítica, sin embargo, se mantiene íntegro. Es decir, desde torneos anteriores ha estado en vigencia.

En las líneas se mencionan las ofensas, insultos y amenazas como causas para recibir una multa y es precisamente ahí donde se genera mayor incertidumbre de qué pueden decir los involucrados.

Según el abogado penalista Rafael Rodríguez, la forma en que se apliquen estos artículos es lo que puede traer problemas con la norma.

"El Código Penal de Costa Rica contempla esas figuras de injuria, calumnia y difamación como delito. Aquí lo que podría dar problema es quién califica esto en la Unafut. ¿Qué se considera ofensa?", comentó Rodríguez.

Un ejemplo expuesto por Rodríguez es que si un técnico de otra nacionalidad, como el argentino José Giacone, utiliza palabras que en su país son normales, pero aquí se tomen como ofensivas. ¿Cómo se analizarán?

"No se debe tomar al margen, sino ver en qué condición y ver por qué se están dando", explicó.

Para Rodríguez la norma está muy abierta a distintas interpretaciones y dependerá de la manera en que se aplique para evitar conflictos.

"Si para un hecho se aplica de una forma, se debe hacer igual para otro".

La queja de los futbolistas resalta una restricción a sus palabras, pero Rodríguez asegura que esto se dará solo si no se tiene claridad de lo que se va a castigar.

"Se limita cuando no se tiene claridad de qué es lo que se pretende sancionar".

Otros cambios

El reglamento para este torneo también incluyó otras modificaciones que involucran directamente a los clubes por asuntos administrativos.

En el artículo 55, de Sanciones a los Clubes por Asuntos Administrativos y de Seguridad, en el inciso 8, por ejemplo, se agrega que se multará a los equipos con ¢500.000 si no utilizan el panel de entrevistas flash.

Además, en el punto 10 se establece que durante la final del campeonato el espacio para personeros de Unafut y Fedefútbol debe "guardar las condiciones idóneas para la seguridad y comodidad de los patrocinadores e integrantes de Unafut (...)".

El Consejo Director de Unafut, en los primeros dos meses de iniciado un campeonato, hará una inspección al estadio sede verificando que este reúna las condiciones para el cumplimiento de esta obligación y una vez escuchado la posición del club, podrá determinar que el estadio habilitado no reúne las condiciones de seguridad y en tal caso le exigirá al club que la final se organice en otro estadio alterno. De no ofrecerse otro estadio alterno que reúna las condiciones requeridas, la final se realizará en el estadio designado por el Consejo Director".

Si se falla con esto, la multa para los clubes será de ¢5 millones.

En la sección de Aspectos de Seguridad, cuando se habla de juegos de pólvora sigue en pie la multa si son utilizados en los estadios sin autorización.

La diferencia en este artículo 64 radica en que los equipos que deseen ingresar a su recinto la pólvora deben solicitarlo a la Unafut adjuntando el permiso del Ministerio de Salud o de cualquier otra instancia pública requerida en la ley.

Colaboraron los periodistas Daniel Jiménez, Fanny Tayver y Juan Diego Villarreal.