Cualquier jugador del Real Madrid es un astro mundial. Sino que lo diga Keylor Navas y su familia, que ayer vivieron su primer día como tales.
En esa puerta de salida del aeropuerto Juan Santamaría que tantas veces cruzó siendo un cristiano más, ayer lució abarrotada.
Unos 200 aficionados querían el autógrafo o la fotografía con Navas, y al ver lo complicada que era esa misión, se conformaron con el breve saludo desde lejos de del arquero merengue.
Ya adentro, antes de cruzar el control de seguridad de aduanas, llegó el momento de la despedida de sus familiares. Navas solamente partió con su esposa Andrea Salas y su hijastra Daniela. También viajó su encargado de prensa, Kristhian Arguedas.
Su padre, Freddy Navas, apenas y pudo controlar las emociones, y aunque dijo que era una despedida normal como las anteriores, en el fondo sabía que se trataba de despedir a su hijo antes de que sea presentado como un galáctico más.
“Se lo merece, porque mi hijo ha sido una persona muy trabajadora, muy sacrificado en su trabajo, con metas propuestas para llegar donde está y ese es el premio que solo él se ha ganado”, dijo Freddy.
El padre de Keylor aseguró que se encuentran tranquilos, pero reconoció que fue difícil mantener el silencio en los últimos días antes de que se hiciera oficial el fichaje.
“Es difícil, yo sé que toda la gente y la prensa hacen su trabajo y quieren tener la noticia, pero hay momentos que hay que respetar y hasta que lleguen se puede”, explicó el padre de Keylor.
Merengue desde niño. Freddy Navas dijo que su hijo desde pequeño aspiró a jugar fuera de Costa Rica, pero más que eso, siempre fue seguidor del Real Madrid.
“A él desde pequeño le gustaba el Real Madrid y quería llegar, quería ir a España, ahora se cumple un sueño y una meta que todo el pueblo de Costa Rica tiene que celebrar”, agregó Freddy.
“Keylor es muy centrado y siempre está con los pies sobre la tierra, sabe dónde está. Él está muy consciente para el camerino que va”, concluyó el padre.