En medio del desastre, Verny Scott discute con Mauricio Wright a un lado del banquillo.
Exaltado, el volante le señala la zaga, pero el técnico no reacciona, está aturdido y no es para menos, el round apenas se inicia y el boxeador de pantaloncillo rojo y amarillo ya sacudió cuatro veces la lona del Azteca.
Wright sostiene que no experimentó. Asegura que el esquema es el mismo que utiliza cada fin de semana en el certamen nacional y afirma que prefiere no valorar si el equipo tuvo pánico escénico en el Azteca.
“Me dolería pensar que el estadio pesó a favor de ellos. Yo creería que eso es un mito que ya se superó. Prefiero pensar que ellos fueron contundentes”, aseguró Wright en declaraciones a radio Columbia.
Mientras, los futbolistas asumen la culpa por el vergonzoso resultado y afirman que la catástrofe se produjo porque el equipo lució desordenado y desconcentrado en el campo.
“Aquí no se puede echar la culpa al cuerpo técnico. Aquí somos todos. Creo que el equipo propuso en el segundo tiempo a pesar de que tuvo un hombre menos. Hay que ponerle el pecho a las balas, es difícil lo que estamos viviendo”, aseguró el atacante florense Christian Lagos.
Mientras, en el camerino de las Águilas dicen que Herediano pagó la factura por celebrar de más, luego de ganar 3 por 0 el cotejo de ida en el Rosabal Cordero.
“En algún momento ellos (Herediano) celebraron de más en su cancha y nosotros sabíamos que podíamos meter seis goles”, concluyó el futbolista del América Pablo Aguilar.