Muchos son los entrenadores que se han quejado por la suavidad de los silbateros al sancionar faltas, y deberían ser más...
Es evidente que los árbitros están evitando complicarse en las primeras jornadas del Verano y dejan que los jugadores arteros hagan fiesta contra los tobillos de sus contrincantes.
El problema es que quienes deben actuar solo lo hacen cuando los fallos se vuelven mediáticos. Esos que llamamos “errores de bulto” –cuando hay rojas, penales o goles de por medio– son los únicos yerros que se castigan.
¿Y una patada a la espinilla no atenta igual contra el fútbol? Cualquier equipo sufre más la lesión de un estelar que perder un penal, y eso no hay quien lo cuide.