Las redes sociales se convirtieron en una especie de combustible capaz de avivar una hoguera entre equipos nacionales.
Recientemente hubo publicaciones que involucraron a los cuatro grandes y obligaron a los mismos clubes a apagar las llamas lo más rápido posible.
El último caso se presentó ayer, cuando Herediano sancionó a Roberto Carpio, secretario deportivo, por ironizar sobre la goleada sufrida por Saprissa en Concacaf y mofarse del Cartaginés.
Carpio fue suspendido tres días sin goce de salario y el Team envió un comunicado ofreciendo disculpas y aclarando que el comentario no era una posición oficial rojiamarilla.
“El Herediano no hizo nada malo, pero si un empleado lo hace, este representa a la institución. Lo que hicimos fue una aclaración para que esto no pase a más”, declaró Orlando Moreira, vicepresidente del club.
“No hay que buscar problemas donde no los hay. Mejor nos concentramos en trabajar y no en arreglar errores de los empleados”, insistió el jerarca.
Discordia. Justo la semana anterior, ocurrió otro incidente. Antes del clásico, en el facebook oficial de Saprissa apareció una campaña que motivaba a sus aficionados a tomarse una fotografía con camiseta morada frente al estadio Alejandro Morera Soto.
Posteriormente, la S corrigió el post y aclaró que se trató de un error y casi de inmediato se envió una disculpa a la dirigencia de Liga Deportiva Alajuelense Liga Deportiva Alajuelense .
“Tuvimos una rápida reacción por lo volátiles que son las redes sociales. Y no se trataba solo de que el otro equipo se moleste, sino de aclararlo ante la opinión pública”, indicó José Pablo García, vocero del cuadro tibaseño.
Raúl Pinto, presidente liguista, aceptó que recibió una llamada de la directiva saprissista apenada por la situación, y así se minimizó la discordia.
“Hemos sido atacados, pero no respondemos de la misma forma. Lo de las redes sociales es muy peligroso, las reacciones pueden caldear los ánimos de las aficiones antes de un juego”, subrayó.
En Cartaginés , el gerente, Jorge Ortega, dijo que él se ha visto involucrado en controversias por sus comentarios pero ahora es más cauteloso al pronunciarse.
“El problema de las redes sociales es que a veces uno las usa cuando está bravo o muy eufórico. Es una cuestión de controlarse, porque uno cree que está hablando con una persona que tiene al frente o que tiene un micrófono. Y por eso no se mide”.