Cartago. En una tarde de inspiración, Cartaginés hizo suyo el clásico provincial y le dejó a Herediano la vergüenza de una goleada inapelable y un partido en el que no tuvo armas para responder.
Poco sirvió aquella ajustada victoria florense de unos días atrás como antesala del compromiso de ayer en el Fello Meza, que desnudó ahora sí el sufrimiento rojiamarillo en todas sus líneas y premió a los brumosos con el mejor juego de su Invierno.
Con una línea de cuatro en el fondo y un puñado de variantes, Mauricio Wright se plantó ante el más acérrimo de los rivales de la causa blanquiazul, un Team que expuso lo mejor de su planilla como medida precautoria para todo eso que al final le ocurrió.
Desde el pitazo inicial los locales dejaron claro que todas aquellas cortesías y miedos de la visita al Rosabal Cordero se habían quedado allá, dejando ver no solo propuesta sino también compromiso en cada rincón de la cancha: todo lo que les faltó en aquel 1-0.
De ahí que el primer gol de Erick Cabalceta con la camiseta brumosa cayera apenas al 9’, un tanto casi premonitorio de los otros tres que lo acompañarían al final y que elevarían el júbilo del Fello Meza hasta ese éxtasis que pocas veces entiende de relevancias.
En nada cambió eso el descuento de Víctor Núñez desde el punto de penal al 23’, el primero de dos fallidos señalamientos del central Henry Bejarano en el cotejo.
Jameson Scott al 31’ y Andrés Lezcano al 44’ permitieron hablar de goleada antes de que llegara al descanso; y Cartaginés, sabiéndose más, sonrió con el pitazo.
Dispar. Los tempraneros cambios de Jafet Soto en el complemento al final solo sirvieron para alimentar la estadística, porque al final su banquillo tampoco se probó suficiente para revertir el asedio del que fueron víctimas.
No fue esta vez el Herediano del dominio sin efectividad, sino más bien una versión sorprendida por el control asfixiante de Randall Alvarado y Néstor Monge en la media y la vocación ofensiva de Carlos Hernández y Christian Bolaños, este último ahora sí revestido con el cartel de figura con el que llegó.
En esa ecuación el gol de Hernández al 54’ solo subrayó lo que ya era demasiado obvio: la amplia superioridad de Cartaginés y la creciente impotencia de Herediano, que muy pronto derivó en una trifulca que dejó como saldo las expulsiones del propio Zorro y Víctor Núñez, víctimas de ánimos caldeados y cabezas calientes.
Los brumosos toquetearon el orgullo florense con un par de “oles” y la visita respondió con el descuento de Dave Myrie al 79’, maquillaje apenas para una derrota sentida; porque, se mire por donde se mire, Cartago ayer fue mejor.