En la  memoria  de la gente

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Cada vez que me encuentro con Marco Antonio Rojas en las inmediaciones del Instituto Nacional de Seguros tengo que esperar --a veces varios minutos-- para conversar con él, en vista de que todo mundo se afana por saludar al legendario exguardameta del Saprissa y de la Selección Nacional.

A pesar de que desde hace bastante tiempo se retiró del futbol activo, con su carisma y simpatía naturales, Marco Antonio sigue impreso en la memoria de la gente, como uno de los más grandes arqueros que ha dado nuestro país. Si usted, amable lector (a), forma parte de las nuevas generaciones que, lógicamente, no lo vieron jugar, busque en esa cuestión del Youtube las atajadas espectaculares del ángel blanco, como le llamaban. ¡Para que vea!

El asunto viene a cuento en vista de que me enteré, hace unas semanas, que por la abstención inexplicable de tres miembros de la comisión que eligió en diciembre a las figuras de la Galería del Deporte, Rojas fue descartado para ocupar ese sitial de honor en el Salón de la Fama del deporte nacional.

Marco Antonio integraba la terna final, junto con el ciclista Andrés Brenes y el patinador Guillermo Mata, quienes a la postre fueron seleccionados, con todo mérito, por supuesto. Sin embargo, cuando era perfectamente factible incluir también a Rojas, la abstención de tres de los cinco miembros de la comisión, lo privó de tan alto honor. Solo dos votaron por él. Es increíble, quedaba un espacio libre y, por mezquindad, algunos prefirieron no ocuparlo.

En fin, otra vez será. De cualquier modo, lo más importante para una figura como Marco Antonio Rojas y para otras glorias del deporte y de la vida nacional, es el cariño que se les profesa en las calles, en los parques, en los estadios' Son referentes cotidianos, gente que ha vivido y que, si bien sus días de gloria han quedado atrás, necesariamente siguen vigentes, fieles a la vocación que los impulsó desde siempre y, lo más relevante, iluminando con su ejemplo la senda de los que vienen atrás.

Al evocar a las grandes figuras en los textos de las viejas crónicas y en las imágenes estáticas pero eternas de las fotografías, los niños y los jóvenes ejercen el derecho humano de soñar al decirse a sí mismos: “¡Algún día llegaré a ser como él!”.

Por cierto, la idea de instalar la Galería del Deporte en el Estadio Nacional es más que oportuna. Si usted pregunta en la calle dónde queda la Galería, pocos le podrían dar razón. En cambio, en la Joya de La Sabana, cada vez que ruede un balón, miles podrán apreciar y recordar la dimensión humana y deportiva de las 130 personalidades de nuestro Salón de la Fama.

En fin, otra vez será'