En Guápiles faltó la ambición

Santistas y brumosos empataron en un juego que queda para el olvido

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Guápiles. Aunque todo el país quiere ver buen futbol en nuestros estadios, pareciera que algunos equipos no están dispuestos a complacer al aficionado, sino que lo digan quienes presenciaron el pobre juego entre Santos y Cartaginés.

No se trata de buscar aspectos negativos, sino que ninguno de los dos equipos inspiró para dar buenas referencias.

Ambos rivales suman su segundo empate del certamen en tres juegos, con lo cual se empiezan a quedar en el camino en el Torneo de Verano que apenas despunta.

El juego tuvo alguna que otra buena jugada individual o colectiva, pero nada más.

En el futbol eso no es todo, hace falta hambre de triunfo, velocidad, creatividad, suerte y claridad cuando se avanza a la ofensiva.

El partido se pareció a un entrenamiento, en el que los equipos practican ciertos movimientos pero sin pensar en el resultado.

El primer tiempo fue de pocas acciones, ambos equipos mantuvieron el balón en su mediocampo y no se preocuparon por llegar al marco contrario.

Santos lo intentó con balones a su delantero Mario Camacho, quien en la mayoría de las veces fue presa fácil de la zaga brumosa.

Aunque por momentos Eneas da Conceiçao y Daniel Colindres intentaban tener el balón y retar a los visitantes en el uno a uno, esto no dio frutos en Santos.

El infortunio de la lesión de Cristian Blanco obligó el ingreso del volante José Macotelo, lo que generó otras variantes en el campo.

Macotelo se ubicó por la derecha y le dio velocidad a los locales por ese costado, lo que sirvió para que Pablo Brenes, quien había sido el más incisivo en Cartaginés , no dejara descuidada su zona.

Del otro costado, Andrey González se adueñó de la banda izquierda y tomó la batuta de las incursiones ofensivas de los locales.

No obstante, para cazar la presa hay que saber por dónde atacarle. Santos buscó por alto abrir el marcador, pero todos los centros eran despejados por las cabezas de los blanquiazules.

Los santistas nunca buscaron ingresar al área brumosa, por lo que no fueron un peligro real para Cartaginés.

Si los primeros 45 minutos fueron lamentables, del 46' al 90' el juego fue espantoso.

El futbol nunca apareció, lo que sí se hizo presente fueron las imprecisiones, las cuales estuvieron acompañadas por las voces de desaprobación del público.

Un disparo del santista Daniel Colindres y otro del cartaginés Sergio Martínez fueron lo más rescatable del complemento, a pesar de que ninguno de los dos iba con dirección a marco.