El inaceptable Saprissa del avergonzado Juan Carlos Rojas

Contrario a ocasiones anteriores, esta vez el presidente morado apareció ante la derrota con unas breves palabras dignas de analizar.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Cuando ni Mariano es el mismo Mariano, cuando una derrota sucede a la otra, cuando Jeaustin Campos no es capaz de transformar a un equipo en siete días, cuando el verdugo Marcel Hernández recibe de piernas de un morado la asistencia que parecía no llegarle de un brumoso, cuando ocho equipos están por encima en la tabla de posiciones, cuando a la vuelta de la esquina viene Herediano en versión “quítense que voy”, cuando a la afición ya no le queda el desahogo del ¡fuera Iñaki!, habló su presidente Juan Carlos Rojas:

“Los resultados claramente son inaceptables y vergonzosos”

Con un mensaje en redes sociales poco se arregla, pero es justo reconocerle al jerarca su aparición, la muestra de empatía, de respeto a la crítica y al enojo.

Si en otras ocasiones ha brillado por su ausencia una figura que dé la cara por el club, esta vez el representante de Horizonte Morado no demoró mucho en aparecer tras la derrota por 3 a 1 en Cartago, justo cuando al equipo le urgía un bálsamo por el 4 a 1 en San Carlos. Lo leo, doy mérito a su presencia (como se espera de un presidente de Saprissa) y me detengo en algunas frases.

“Todos tenemos que asumir la responsabilidad y vernos al espejo”.

El espejo de la dirigencia morada quizás diga más que el de la Bruja de Blancanieves. Quizás deba recordar el autoengaño de mayo del 2021, cuando el sorpresivo cierre con Mauricio Wright maquilló una primera fase con apenas el 44% de desempeño y la clasificación a semifinales como el peor cuarto lugar de los últimos 21 torneos, desde que se juega con cuatro clasificados.

Aquel Saprissa ya tenía fecha de caducidad (y no lo digo hoy: lo escribí en aquel momento), pero Juan Carlos Rojas, como todo el saprissismo (tampoco lo dejen solo en un acto de amnesia), en lugar de pensar en la urgente, cayó en la tentación de recordarnos el menosprecio a Saprissa y todo eso que sale a relucir en esas remontadas. Una vez conseguido el título, peor aún, el discurso fue una defensa a ultranza del logro y un ataque a quienes cuestionaron ese formato de torneo en el que puede campeonizar un cuadro que en la primera fase sumó 21 puntos menos que el líder.

Entre una cosa y la otra, entre decir lo grande que es Saprissa que hasta en sus malos torneos gana, postergaron la tarea. Hoy, los resulados la recuerdan.

“La afición no se merece esto, pocos partidos quedan para darle vuelta a este torneo”

Entiendo: Saprissa siempre es “hoy”, siempre es urgencia más que proceso, siempre es “darle vuelta a este torneo”. A este, no al siguiente. Como cuando llegó Mauricio Wright en lugar de Roy Myers. Como cuando llegó Iñaki Alonso en lugar de Mauricio Wright. Revertir, romper pronósticos, dar vida al “no se repartan nada mientras Saprissa esté vivo”.

Lo entiendo, pero de alguna forma leo en el mensaje del presidente una plegaria para que se repita lo de los últimos años, en los que Saprissa salva la temporada al final. No leo nada a futuro, pero entiendo: a Saprissa se lo come el momento.

Quizás después (o a la interno) lo de Saprissa no se asuma como un mal momento, como evidencian sus posiciones en las primeras fases: solo una vez líder en los últimos cinco torneos y el cuarto lugar en los dos más recientes.

Para Saprissa no es imposible una epopeya, otra más, pero eso de “el cambio en el desempeño debe ser ya” no siempre se consigue si los males vienen desde torneos anteriores.

Mientras tanto, no parecen dispuestos a ceder nada un Herediano con el plantel más amplio del fútbol nacional, capaz de tener jugadres por aquí y por allá, en su mayoría jóvenes de proyección, y un Alajuelense con las mejores instalaciones deportivas, que utiliza el CAR como imán de jugadores mientras empiezan a verse los resultados de esa preparación como Dios manda.

“Muchos aficionados muestran su enojo e inconformidad en los comentarios: están en su derecho, los leeré detenidamente.”

El cierre de su mensaje es, a mí gusto, el acierto de Juan Carlos Rojas, lejos de ese orgullo que a veces lleva a no reconocer errores; lejos de la soberbia que atribuye al aficionado o la prensa no ver las cosas con el raciocinio del dirigente, lejos de las excusas agotadas. No ofrece soluciones, sino esperanzas, pero se deja ver como un saprissista más: dolido, avergonzado, esperanzado; como un jerarca abierto a las críticas. ¿Es lo menos que puede hacer un presidente de Saprissa en estas circunstancias? Quizás. Es mucho más .