El rostro desconocido de Albert Rudé

Albert Rudé tiene licencia UEFA A y un doctorado en fútbol, pero eso no lo hace sentirse superior a nadie. Él mismo pidió que lo contactaran con personas que conocen el teje y maneje de Alajuelense para mejorar

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Ecuánime y tranquilo, pero completamente apasionado por el fútbol.

Así es Albert Rudé, ese hombre que tiene a Liga Deportiva Alajuelense con las opciones abiertas de ganar su estrella 31. Su gran deseo es que ese propósito se convierta en realidad el próximo jueves.

No quiere gran final y por eso cree que el partido de este domingo en el Fello Meza contra Cartaginés es fundamental.

La Liga se juega dos chances, porque puede optar por el cetro sin necesidad de gran final; mientras que los de la Vieja Metrópoli están obligados a superar en esta fase final a los manudos para forzarlos a dos partidos más.

Albert Rudé tiene licencia UEFA A y un doctorado en fútbol, pero eso no lo hace sentirse superior a nadie.

Desde algún tiempo tomó la decisión de contactar personas y empaparse más de todo lo que es el entorno de la Liga. Le gusta recibir consejos y escuchar a personas que realmente son voces autorizadas para emitir criterios y contar anécdotas del club.

“Tengo que reconocer que he estado hablando con mucha gente. Yo soy una persona a la que le gusta mucho escuchar, sobre todo a la gente que lleva tiempo en este país, que lleva tiempo en este fútbol, que lo han podido vivir, ya sea como jugadores emblemáticos o como entrenadores que han ganado aquí cosas”, confesó Albert Rudé.

Dijo que escucha atentamente sus historias, sus anécdotas, sus consejos.

“Al final uno lleva aquí poco tiempo y todo lo que uno pueda sumar como entrenador y para conocer mejor el medio y estar mejor preparado, siempre es bueno escuchar a las personas que te pueden aportar cosas”.

Eso muestra un lado desconocido de Albert Rudé, ese español que no solo hizo química instantánea con sus jugadores por su método de trabajo y por su forma de ver el fútbol, sino que también logró que aquellos aficionados que en las primeras fechas de este torneo lo querían fuera del equipo, hoy estén en la misma sintonía de todo el liguismo: soñando con alcanzar un nuevo título.

Rudé es joven, tiene 34 años y en su vestuario hay futbolistas mayores que él, como José Miguel Cubero y Bryan Ruiz. Lo mismo pasa con sus asistentes, Júnior Díaz y Óscar Torres, pero eso es algo en lo que ni siquiera piensa.

“Ya saben que yo siempre me considero un elemento secundario en todo esto, porque lo más importante es la institución. El equipo, mis jugadores, están por encima de todo y el fútbol es de los jugadores, 100% es de ellos. Yo me considero un elemento secundario y mi juventud pues es lo que es. No tiene que medirse por la edad que tiene, sino por todas las horas invertidas en la profesión que está desarrollando”, analizó.

Mencionó que existe una teoría científica que habla de las 10.000 horas en un rol específico para considerarse un experto en dicha materia.

“Yo no las tengo contabilizadas, pero te podría decir que puedo quintuplicar esa cantidad de horas con todo lo que llevo invertido en fútbol, desde que empecé a jugar y hasta que me tuve que retirar por una lesión bien joven”.

Fue en ese momento en el que se puso a estudiar, a tener experiencias como entrenador y ahí está, metido en lo que le gusta.

“Con una oportunidad grandísima que es estar en esta final con mi equipo y con todas las ganas y la motivación de ganar”.

Uno de sus guías es Diego Alonso, a quien acompañó como asistente.

“Intento rodearme siempre de personas con más experiencia, con más conocimiento, porque es la forma de crecer. Intento apoyarme con todas las personas con que yo he tenido la suerte de compartir en el mundo del fútbol y personas que yo no conocía en este medio”, citó.

Así que fue él quien pidió por favor que lo contactaran con gente que conoce a la perfección el teje y maneje de la Liga para intentar aprender.

“Como lo dije en la conferencia junto con Wílmer López, este hombre estuvo aquí muchísimo tiempo, hizo cosas impresionantes como jugador, las está haciendo como técnico y uno se tiene que pegar a él para entender cosas. Y como él, hay otros referentes de este club que te pueden aportar muchas cosas” citó.

Y agregó: “A veces son detalles que uno los escucha y quedan en el tintero, pero al final, les vas dando vueltas y te pueden dar algún paso clave en algún momento de una serie tan complicada como puede ser una semifinal o una final. Y al final uno tiene más que escuchar más que hablar y siempre aprender de todo el mundo, que eso hace crecer mucho”.

Una confesión

Desde que decidió prepararse para ser entrenador, Albert Rudé se visualizaba siendo un técnico joven, pero la oportunidad le llegó más rápido de lo que él mismo creía.

“Ser entrenador de la Liga Deportiva Alajuelense, un club tan grande, llegar a una instancia final y estar a dos partidos de ser campeón, con 34 años, te tengo que decir la verdad, no lo tenía presupuestado”, admitió.

Dijo que lo que se imaginaba era poder tener unos años más como segundo entrenador (asistente) y de poder vivir más experiencias.

“Pero al final me sentí preparado y me llegó la oportunidad. A veces uno se siente preparado, pero no le llega la oportunidad y tiene que seguir caminando en otro rumbo y se encontraron las dos cosas”, relató.

Al pensarlo un poco más, añadió: “Y aquí estoy, a dos partidos de poder conseguirlo y creo que este club se lo merece, la afición se lo merece, los jugadores se lo merecen. Tenemos todas las herramientas posibles para hacerlo y esperamos estar lo suficientemente acertados para conseguirlo”.