Alajuela. No se llenó el Morera Soto pero faltó poco. Afición y club olvidaron los incordios de la semana y se reencontraron en una brillante noche.
La brillantez no fue estrictamente en relación al juego, sino a la nueva iluminación del Morera Soto. Ayer se estrenaba el nuevo sistema de lamparas aunque, entre tanta polémica, nadie se acordaba.
Una vez más se comprobó eso de que en Costa Rica los escándalos no pasan de los tres días.
Si el lunes castigaron al Chunche y la gente reaccionó furiosa, el jueves todo quedó en unos cánticos de apoyo a ídolo manudo.
Un par de “Chunche no se va” y listo, la afición mostró su sentir con el tema que tanto le había impactado en los días previos.
La parcialidad eriza prefirió dejar en las redes sociales los reproches a la directiva, en pos de unificarse con la causa del equipo.
Hasta la marcha de la tarde fue un fracaso, no llegó ni a armarse en el parque Juan Santamaría.
Dos factores se juntaron para que la afición dejara de lado todos los rencores:
1. Mucho tuvo que ver el mismo Mauricio Montero, quien el miércoles llamó a calmar las aguas y les recordó a los fanáticos que la institución, el club en sí, está por encima de su estatus de ídolo rojinegro.
2. Le bajaron el precio a las entradas, lo que hizo de una noche de jueves cualquiera, una noche ideal para ir a ver al equipo de los amores contra el campeón mexicano por un módico precio.
La billetera volvió a mandar en cuestiones del corazón y, una vez más, floreció el amor entre Alajuelense y sus seguidores.