El regreso de Allan

Contento por designación de La Nación como el mejor de la II Vuelta

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Para el delantero belemita Allan Oviedo, la noticia de ser designado como el mejor jugador de la II Vuelta por La Nación constituye el bálsamo que necesitaba para restañar sus heridas y volver a las canchas.

De acuerdo con el balance publicado ayer por este diario, el rendimiento de Oviedo promedió los 7 puntos en esa fase del torneo, donde combinó esfuerzo, talento y la magia del gol.

Pero no todo han sido rosas en el derrotero de Allan. Una desafortunada lesión, el reciente 6 de enero ante Alajuelense, lo sacó de la titularidad.

Esa noche, en un choque fortuito con el defensor Javier Delgado, el veloz punta herediano se fracturó el dedo anular izquierdo.

"Todo me pasó por la cabeza. El partido era joven y cuando miré que el hueso sobresalía por la piel, pensé que todo se había acabado. No tenía que ser médico para saber que la cosa era seria", recordó.

Pero el dolor que marcó esa jornada se trastocó ayer con la dicha de saberse el mejor del torneo. La noticia coincidió con el visto bueno del doctor Carlos Palavicini para reincorporarse a las prácticas mañana.

"Hoy volví a inyectarme ganas; por fin puedo volver a entrenar; me muero por estar con mis compañeros, por tocar el balón. Cuando miré el diario esta mañana (ayer), le di gracias a Dios porque todavía se acuerdan de mí", comentó exultante.

Efectivamente, mañana lunes, Allan se calzará de nuevo los botines y se dedicará a lo que más le gusta: rezagar rivales en el área enemiga y sacudir la red.

Por el momento, empleará un vendaje especial para evitar el contacto en su dedo anular. Según las observaciones de Palavicini, la herida cicatriza normalmente, el peligro de una infección ya fue superado y ahora solo le resta fortalecerse espiritualmente para superar el lógico temor.

"Quiero volver; quiero seguir anotando goles si Dios me lo permite. Volveré con más fuerzas; el aspecto físico no será un inconveniente pues afortunadamente me conservo a punto", declaró.