El proyecto futbolístico de una maestra pensionada que le arrebata jóvenes a las garras del sicariato y el narco

De las barriadas de la Gran Chacarita y Barranca, en Puntarenas, surgió un equipo de fútbol que intenta darle esperanza a los jóvenes porteños en medio de la violencia y la pobreza

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

En las calles polvorientas de los barrios puntarenenses, donde el inclemente sol hace de las suyas y las oportunidades escasean ante las pocas fuentes de empleo, las garras de la delincuencia acechan a los jóvenes que sumidos en los problemas diarios pierden el camino y sucumben ante las tentaciones de la delincuencia y los vicios.

Conocedora del entorno, tras ser maestra en las escuelas de la Gran Chacarita y Barranca, emergió Floribeth Pérez, como presidenta del club de fútbol Puntarenas San Luis, que actualmente compite en la Liga Nacional Aficionada (Linafa).

Junto a un grupo de colaboradores, la educadora sostiene contra viento y marea el proyecto deportivo, que además del equipo de Linafa promueve ligas menores en las diferentes categorías, así como un naciente equipo de fútbol femenino, con el fin de que los adolescentes tengan la oportunidad de salir adelante en la vida mediante el deporte.

Dirigidos por el exdefensor Alfredo Diablo Contreras, campeón nacional con el Municipal Puntarenas en la campaña 1986-1987, el equipo se mantiene firme, con ese espíritu porteño alegre y optimista.

“Hacemos rifas y buscamos patrocinadores para sostener el equipo, le damos vida a este proyecto que busca rescatar jóvenes de las barriadas de la Gran Chacarita y Barranca, que están a expensas de la delincuencia. Nuestro equipo en su mayoría es cédula 6 y nos sentimos orgullosos y a la vez con el compromiso de luchar por estos jóvenes”, explicó Pérez.

Doña Floribeth, quien es vecina de Chacarita, conoce muy bien la situación de la juventud puntarenense, pues fue maestra en las escuelas José Ricardo Orlich, barrio Fray Casiano, Ciudadela Kennedy y Mora y Cañas, donde fue testigo de casos muy duros y desgarradores ayudando a muchos pequeños y adolescentes.

Ante el incremento de homicidios y balaceras en los últimos meses, en la misma área donde ella dio clases, la maestra pensionada no oculta su preocupación, pero reitera el compromiso para ayudar a los jóvenes que más lo necesiten para que puedan salir adelante.

“Nos denominamos el ‘Equipo del Pueblo’. Tratamos de llenar el vacío que dejó el Municipal Puntarenas, atraer a muchachos que no encuentran empleo, que vienen de hogares disfuncionales. En estos barrios viven personas honorables y trabajadoras como don Andrés Vargas Garro, quien nos acompaña siempre a buscar ayudas para mantener el equipo”, explicó Pérez.

Para la educadora toda ayuda es importante, por eso no dudó en aceptar que un aficionado contactara al entorno del exjugador y exentrenador del Saprissa, Wálter Paté Centeno, con el fin de que pueda motivar a los jugadores del plantel que están listos para iniciar el torneo de Linafa.

“¡Imagínese lo que significa para los jugadores que Wálter Centeno los motivara, les hablara de todo lo que pueden lograr!. Toda colaboración es buena y más si viene de una figura como él. Sé que un aficionado contactó a sus personas más cercanas, pero estamos esperando a ver qué pasa”, aseguró Pérez

Orgullo porteño. La maestra jubilada indicó que pese a que Puntarenas San Luis apenas tiene cinco años y milita en Linafa ya hay jugadores que han llegado a la Liga de Ascenso en equipos como Puerto Golfito, Guanacasteca, Barrio México, Garabito e incluso el alto rendimiento de Alajuelense. Además disputaron una final de su categoría ante Barrio México, la cual perdieron en 2019.

“Nuestro equipo nació en la plaza de San Luis en Chacarita. Fuimos a disputar un torneo a Abangares, donde ganamos el primer lugar y cuyo premio fue de 500.000 colones. Con ese dinero nos metimos al campeonato de la tercera división de Linafa y allí fuimos creciendo hasta la primera (del utbol aficionado). No ha sido fácil porque es un torneo muy caro, pero con la ayuda de todos hemos podido ser protagonistas”, acotó Pérez

La maestra reiteró que lo más importante es la credibilidad y que los jóvenes puedan sentirse seguros y tener oportunidades de salir adelante en medio de tantas dificultades.

La gente del barrio siempre colabora e incluso construyó la iluminación de la cancha con sus propias manos, para que el plantel pueda entrenar por las noches, debido a que la mayoría de los integrantes trabajan y estudian.

“Queremos oportunidades para los muchachos de las barriadas que tienen el estigma de ser violentas; como dicen acá: ‘Que se pela la papa en el aire’. Por medio del fútbol y el equipo queremos una transformación y que nuestra querida Perla del Pacífico vuelva a ser un destino turístico y seguro para todos”, dijo Pérez.