El orden defensivo dio la victoria a los guapileños

Orden atrás, presión en el medio campo, la certeza de Lagos y el fervor, virtudes locales

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Guápiles. El futbol tiene lances encendidos. Y a veces quema por ráfagas. Intenso, como impulsado por un resorte, Cristian Lagos saltó y venció, de testa, a Daniel Cambronero, un guardameta fantástico.

Corría el minuto 12. Con el discurrir del tiempo, mínima y sorpresiva, esa ventaja parcial comenzó a pesar. Y se convirtió en lápida.

Santos 1, Herediano 0.

El fervor tiene lances encendidos. Y en cuestión de tres o cuatro minutos, entre el 12 y el 16, el actor más modesto sorprendió al estelar.

Vistas las nóminas de los equipos, la teoría anunciaba que serían los hombres de Jafet Soto los que crearían peligro en el área rival.

Pero más bien fueron los anfitriones los que soltaron una rayería, corta pero intensa, que Daniel Cambronero resolvió con dos o tres lanzadas de felino y vértigo, salvo el potente cabezazo de Lagos (12’), quien logró de esta manera anotar el primer gol del Torneo de Verano.

El planteamiento inteligente de César Eduardo Méndez, técnico santista, maniató el sector de la creación florense.

A su vez, Méndez dispuso que Maximiliano Ardetti moviera los hilos de su mediocampo, con el objetivo básico de que, quien pudiera hacerlo, lanzara balones aéreos a Cristian Lagos.

Alto, fornido y con indomable espíritu de lucha, Cristian las peleaba todas, hasta que sufrió una lesión que minó un tanto su labor.

Presión sobre Cancela. Un poco “a la antigua” , Méndez asignó a Crisanto Esquivel la función del candado sobre José Carlos Cancela, el talentoso creativo florense.

Mientras José Carlos hacía lo que podía por liberarse y despistar a Crisanto, José Miguel Cubero y Óscar Esteban Granados, potenciales escuderos de José Carlos, se quedaban aislados.

Ansioso, Granados se precipitaba en sus avances en línea recta, hasta que perdía el balón.

Paulatinamente, el medio campo florense comenzó a naufragar. Granados no conectaba; Marvin Angulo, flotaba. Solo Cubero se mantenía en línea, más o menos fiel al dictado del libreto de Soto.

Crear por los costados. Con la incorporación de Esteban Ramírez, Jorge Barbosa y Anderson Andrade; Ramírez y Barbosa al reinicio del juego (46’) y Andrade en el 63’, Jafet Soto pretendió entonces que su conjunto se dedicara a crear juego por los costados.

Ramírez lo haría por la izquierda; Andrade por el costado derecho, mientras la Flecha se encargaría de “morder” con su conocido pique y poder ofensivo.

En consecuencia, a lo largo del segundo tiempo, fue el Club Sport Herediano el dueño de la pelota.

Solo que, una y otra vez, los avances por los extremos morían en las diagonales. Una línea de tres zagueros rojiblancos bien plantada, se ocupaba de neutralizar cada una de las arremetidas.

Kevin Fajardo, Emiliano Gómez y el veterano Randall Porras, fueron los responsables de mantener la jerarquía en la línea represiva del Santos. En la mitad del terreno, la inclusión de Roberto Porras, con dominio de la pelota, fue otro de los aciertos del estratega del Caribe.

Al final, victoria justa del Santos de Guápiles, tras 90 minutos entretenidos, con buen nivel.

El futbol tiene lances encendidos. A veces... quema por ráfagas.

En el minuto 12, el ariete-resorte asestó un remate fulminate.

Su grito de gol le supo a triunfo, a intensidad, a sed de revancha.