El hijo de la provincia de Heredia va contra el hijo del Herediano

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Los caminos de Óscar Ramírez y Jafet Soto convergen en Heredia: el primero viaja por la vía de la cédula “4”, pues dejó el ombligo en el cantón de Belén; el segundo, lo hace por los colores del Herediano, el único equipo que tuvo en Costa Rica.

El domingo cada quien irá por lo suyo, cuando los equipos bajo su mando inicien la discusión del título del Invierno 2011.

Como jugadores se hermanaron en el gusto por el buen trato al balón; como técnicos, a los dos les sonríe la buena estrella del éxito.

El Machillo cuenta con dos títulos al hilo y jugará su tercera final consecutiva en el año y medio de su gestión. Sin embargo, el estilo de juego aún no termina de calar en el paladar de los manudos, quienes reclaman un equipo más audaz en el ataque.

Soto tomó el relevo del banco florense en setiembre pasado y recompuso un equipo partido, que no daba muestras de ser confiable y que reflejaba los malos modos de su anterior entrenador.

Para Ramírez, la Liga es su segunda experiencia como jefe de un cuerpo técnico, tras curtirse en el banquillo del Santos de Guápiles –lo devolvió a la Primera– y, previamente, como asistente de Hernán Medford en el Saprissa y la Selección Nacional.

El ahora técnico del Team también empezó en esto de la dirección técnica como un “segundo de a bordo”: fue asistente de Ricardo La Volpe, durante los meses que este ejerció el cargo.

Ramírez cuenta con la posibilidad de extender la raza ganadora de los manudos, con el tercer tricampeonato liguista de su historia.

Soto tiene a su alcance la oportunidad de acabar la travesía por el desierto de los títulos por el cual transitan los rojiamarillos desde 1993.

Caminos. Un año después de aquel 1993, Soto debutó con el Herediano, con solo 17 años de edad.

Diez años antes de ese 1993, el Machillo se estrenó con la Liga en la categoría mayor, con la bendición del técnico Odir Jacques.

Acá, Ramírez lo ganó todo (tanto con la Liga como con el Saprissa), incluso una Copa con Belén.

Fue miembro del equipo de Italia 90, aunque nunca jugó en el exterior (salvo una prueba con Logronés).

Soto realizó un poco más de la mitad de su carrera en México y estuvo seis meses en la MLS. Así como se le escapó ir a un Mundial, se le escabulló la sensación de un título: nunca fue campeón en su carrera.

Esta vez, el hijo del Herediano puede reescribir la historia ante el hijo de la provincia de Heredia, quien busca seguir la suya.