El equipo Brujas desaparece del futbol costarricense

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El equipo de Brujas, aquel que fue campeón Nacional del Torneo de Invierno del 2009 , ya no estará en los registros del futbol tico, según acordó el miércoles la Unión Nacional de Futbol (Unafut).

Este club es propiedad del Minor Vargas (preso en Estados Unidos el 19 de enero del 2011 por supuesto fraude), pero cedió su derecho a participar en la Primera División a Orión-Desamparados, cuyo dueño es el técnico y empresario español Juan Luis Hernández Fuertes.

Con el nombre de Orión, el equipo participó en el recién concluido Torneo de Invierno, en el cual ocupó la última posición.

No obstante, aunque el nombre de fantasía del equipo era Orión, en los registros de la Unafut oficialmente figuraba como Brujas F. C. y Hernández Fuertes solicitó que se variara a Orión-Desamparados.

Feliz. Y fue complacido. En la sesión 47-2011 del ente rector de la Primera se acordó que el nombre del equipo será Orión, pues este club logró demostrar “con documento idóneo” que es el titular del plantel, pues le fue cedido por Brujas.

Hernández reaccionó complacido. “Se ha hecho justicia”, aseveró tras conocer el acuerdo.

Agregó que ahora que su club se llama oficialmente Orión “nos da un fuerte impulso para luchar por mantenernos en la Primera, para que Orión haga honor a su nombre y siga brillando como constelación de honradez en el futbol nacional”.

También lanzó algunos dardos. “Ahora que desaparece Brujas, ojalá desaparezcan también muchos males que se entronizaron con su llegada al futbol costarricense”.

El que no se mostró tan efusivo fue el presidente de la Unafut, Jorge Ortega, quien más bien cuestionó la naturaleza de la gestión.

“Soy de la idea de que no debiera ser tan fácil traspasar un derecho de participación. El reglamento debiera poner límites. Las licencias no debieran ser de los equipos sino de la Federación y luego otorgadas a los equipos. No me parece sano que se puedan vender, pasar, hipotecar, alquilar o embargar”. Colaboraron en esta nota el redactor Gabriel Vargas y el corresponsal en Cartago, Fernando Gutiérrez.