El don de la palabra

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Mirar el futbol --que es su vida-- con carisma y robarle los secretos al entusiasmo ha sido la propuesta de Valdeir Badú Vieira en Costa Rica.

El lunes pasado fue designado, por la Federación Costarricense de Futbol (FEDEFUTBOL), seleccionador nacional, la más alta distinción en su carrera, según sus propias palabras.

De verbo fácil, ojos grandes, y su inseparable cigarrillo, Vieira, en poco tiempo, cautivó, con su espontaneidad, a la afición manuda y de ahí saltó a la popularidad nacional.

A tierras ticas llegó en noviembre de 1994 como un absoluto desconocido y hoy los amantes del futbol confían en que conduzca a la selección tricolor a su segundo mundial, por realizarse esta vez en Francia en 1998.

Atento con la prensa y el aficionado, Vieira, de origen brasileño, le dio al balompié tico una dimensión distinta y con sus particulares expresiones lo oxigenó de sus términos recurrentes.

"Soy un educador; soy un orientador. Un hombre que se enoja a los 50 años no tiene capacidad para comprender las cosas, por lo tanto está enfermo. Tengo un equipo de artistas. Dicen que yo chineo a los jugadores, pero solo los trato como a humanos", dijo en diversas ocasiones.

En la aventura del futbol, en la que anda desde hace más de cinco lustros, conoció, en Colonia, Alemania, a Ericka Rein, su esposa, quien en su oportunidad lo definió como "muy elegante".

Los críticos, en cambio, lo definen como un motivador más que un táctico y un estratega.

Conversador ameno y defensor a ultranza de sus jugadores, Vieira sobrevivió a dos crisis en el equipo Liga Depoortiva Alajuelense y en su opinión "esa prueba de fuego" demuestra que puede soportar los contratiempos que puedan surgir en la FEDEFUTBOL. Sin embargo, afirma: "Lo único que quiero es que me dejen trabajar."

Su deseo de tener un equipo alegre y respetuoso del espectáculo lo condujo a una luna de miel con su plantel, que lo respeta y admira.

A sus 52 años, con su frente ancha y sus inocultables canas, el técnico hace planes para iniciar el espinoso camino de la Selección Nacional, el cual espera culminar con la presencia del combinado tico en Francia 98.