El clásico le dejó a Saprissa una cara de preocupación

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El clásico de ayer puede dejar muchas conclusiones, pero para Saprissa la principal tiene que ser una: su camerino no es tan profundo como se pensó.

Herediano y Alajuelense se encargaron de dejarlo clarísimo, de hacerle ver a Rónald González y compañía que aun cuando odien escudarse en las ausencias, todas ellas pesan.

La recaída de Diego Madrigal, la salida de Yeltsin Tejeda o la falta de un relevo de calidad para Mynor Escoe son todos clavos en un equipo que siempre defendió que no se puede depender de nombres, pero al que los “grandes” se encargaron de desmentir.

Y aunque está claro que la situación de la S en este cierre de torneo se escapa de toda lógica y predicción, porque ya no son las segundas opciones las que están fallando sino incluso hasta las terceras, con todo eso tendrá que jugar lo que queda del Invierno.

Por eso, la tunda con la que la Liga desbancó a los morados del segundo lugar de la tabla tiene que ser el llamado de atención para un conjunto que ya está metido en las semifinales, pero que no está ni cerca del favoritismo que hoy rojinegros y rojiamarillos ahora se reparten hacia la final.

Dependencia. A Saprissa la goleada ante Alajuelense le tiene que doler más allá del orgullo, porque era precisamente ese el partido que no podía perder.

Hoy la Liga no solo amaneció segundo sino que también depende de sí misma para amarrar esa ventaja deportiva, un arma que los morados no supieron retener ni mucho menos arrebatar al que se perfila sería su rival en “semis”.

Porque si bien el sueño de subir existe, ya esa posibilidad está lejos de la injerencia morada, pues la parte de Saprissa se limita a ganarle a Belén y Cartaginés, lo demás sería puro apoyo de terceros.

“Para ser campeón hay que ganarle al que toque, si uno se pone a escoger siempre termina mal, no hay excusa, queremos ser primeros pero si vamos a entrar no podemos dar ventajas como estas.

“Hoy fallamos todos, nos superaron a todos y la derrota golpea bastante porque un 3-0 es muy abultado, es durísimo, pero hay que ponerle el pecho al viento”, aseguró Michael Umaña.

“Vamos a luchar hasta el final, numéricamente la posibilidad de ser primeros todavía está y todos los equipos pueden perder puntos en el camino. Esto es fútbol, veníamos constantes arriba y es una lástima perder al final”, comentó a su vez Alexánder Robinson.

Saprissa amanece hoy tercero y con el orgullo herido, alejado del favoritismo y en una crisis de piernas, todo parte de la dura realidad que le trajo el ocaso del Invierno.