El Cachorro que empezó siendo ‘tímido y delgado’

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Tímido y delgado. Esos fueron los dos adjetivos con los que Bernardo Chaves, el “descubridor” del conocido atacante Froylán Ledezma, lo calificó ayer.

El Cachorro tenía 11 años la primera vez que Chaves lo vio mejengueando en un planché en La Peregrina, en La Uruca. Los cálculos dicen que esto pasa en 1989.

De inmediato lo invitó a ser parte del equipo de Proyecto de Liga San José, en el cual era dirigente. Allí empezó a pulir las bases. Pero había otros problemas.

“A él le costaba mucho llegar a La Sabana, por el dinero de los pases. Yo le empecé a ayudar con eso. Además, yo tenía una marisquería en el Mercado Central. Por dicha a él le gustaban los mariscos, porque siempre le daba un ceviche o alguna sopita para que comiera algo”, contó Chaves.

También le consiguió un trabajo lavando vasos en un puesto en el mismo mercado. Había que ajustar a como diera lugar.

Con el pasar de los meses se fue ganando fama en liga menor. La sede central eriza lo solicitó para varios torneos. Chaves les dijo que se lo llevaran de una vez.

“Le dije a Jorge León, quien era presidente de ligas menores, que mejor se lo llevaran, porque donde vivía pasaba mucho tiempo y ahí peligraba mucho. Pero al desligarse de mí, había que ver cómo pagar los gastos de los viajes”, contó.

“Don Iván Mraz (una especie de gerente deportivo en ese momento) decidió que iba a meterlo en planilla trabajando como misceláneo para justificar los gastos”, añadió.

Proceso. Sincero y fuerte. Los adjetivos con los que el asistente administrativo actual de los rojinegros, Víctor Reyes, describe al Froylán Ledezma que conoció cuando este llegó a la sede central rojinegra.

“Él entrenaba y trabajaba medio tiempo limpiando graderías o pintando paredes. Su crianza no fue adecuada, por lo que estas cosas le dieron carácter”, dijo Reyes.

El Cachorro siguió su proceso y su crecimiento. Ya el apoyo era de muchos en la institución manuda, aunque Chaves cuenta que le seguía ofreciendo ¢100 por cada gol.

“A veces hacía hasta seis por partido”, contó riéndose.

Tales números no pueden pasar desapercibidos y con 16 años Valdeir Viera lo llevó a la Primera.

“Froylán Ledezma nos cayó del cielo. Su desenvoltura en la cancha, su atrevimiento, su habilidad con el balón.... Me acuerdo de haberle dicho a mi asistente, Juan Diego Quesada, que me recordaba a Pelé”, dijo Badú Viera por Internet.

De ahí todo pasó rápido. El debut (14 de enero de 1995), los certámenes internacionales (Copa Dallas de 1995 y 1996 donde lo observaron los primeros visores foráneos), los goles, el Ajax. El resto es historia.