Dos dirigentes del futbol nacional que fueron expulsados por la Asamblea de Clubes de Primera División el 28 de julio de 2009, fueron nombrados otra vez en la Unafut y ayer asumieron sus puestos.
Se trata de Jorge Romero y María Marta Rojas, quienes en esa época ejercían como secretario de la Unafut y vicepresidenta del Tribunal Disciplinario.
El caso se refiere a la participación de tres futbolistas de Liberia Mía (equipo ya desaparecido) que fueron autorizados a jugar la semifinal ante Saprissa del torneo Verano del 2009, pese a que acumularon cinco tarjetas amarillas.
Según la reglamentación, a los futbolistas les correspondía un partido de castigo automático. Sin embargo, el Tribunal de Conflictos (Tricoa) avaló su participación, luego de que el Disciplinario también estudiara el caso.
El fiscal de la Unafut en ese entonces, Luis Fernando Sáenz, determinó que Romero “tuvo contacto con miembros del Comité Disciplinario el día que se tomó la resolución sobre el caso de Liberia”.
Mientras, a Rojas le achacó que “mantuvo contactos con Joaquín Hernández y Jorge Romero, del Consejo Director, para comunicarles cómo decidió ese tribunal. Para el fiscal, los contactos que se dieron ese día lesionan la independencia del Comité Disciplinario”.
No obstante, ayer ambos defendieron la actuación que tuvieron en aquella oportunidad.
“Si se revisan las circunstancias en que se dieron esos hechos no se desprende una culpabilidad. Lo que sí ha habido es mucha manipulación. Es común que el Comité Director fuera informado de las decisiones de las diferentes comisiones de la Unafut”, dijo Romero ayer.
Rojas, por su parte, sostuvo que la decisión sobre los jugadores de Liberia se basó en los reglamentos vigentes en ese entonces.
“Lo que se me cobró fue no haber estado de acuerdo con mis compañeros y salvar mi voto”, dijo.
Romero regresa como secretario, puesto que ocupaba en el 2009. Rojas no vuelve al Disciplinario, sino que ahora es la fiscala suplente. El titular es Eduardo Alfaro.
A la cabeza. Estas declaraciones se dieron en la presentación de los nuevos jerarcas de la Unafut, que pasa a ser encabezada por Jorge Ortega, expresidente de esa liga.
Ortega, quien dejó el puesto en agosto del 2006 para ser secretario general de la Fedefutbol, defendió a Romero y a Rojas. “Pongo las manos la fuego por ellos”, aseveró.
Entre sus planes, Ortega destacó la urgencia de que la Unafut recupere “transparencia y credibilidad”, además de mejorar el sistema de competición, bajar los costos de operación de la liga y volver a un número par de equipos en el campeonato de Primera División.