Ya no escuchará insultos de la afición rival, tampoco tendrá la presión de un ambiente hostil y mucho menos se detendrá el juego por ofensas hacia él.
Todo lo contrario; el volante Diego Calvo sentirá más que nunca el regocijo de La Cueva, un escenario en el que se ha ganado los aplausos a puro sudor.
Calvo jugará hoy su primer clásico como morado en el estadio Ricardo Saprissa y protagonizará una realidad completamente distinta a la que vivió el 21 de febrero, durante su visita al Alejandro Morera Soto.
Róger Flores, quien pasó de la Liga a la S , comentó que se ve retratado en el volante, pues vivió una situación similar.
“Yo sé lo que vivirá Calvo porque sentí lo mismo. Cuando salí de Alajuelense a Saprissa, los directivos hablaron cosas mías que no fueron reales y eso me motivó para jugar por la revancha y demostrar, como lo ha hecho Calvo”, dijo Flores.
El exfutbolista destacó la inteligencia emocional de Calvo, pues supo sobrellevar el difícil momento de recibir ofensas de la que un día fue su afición.
“Lo vi como una persona con mucha madurez, muy sensata. Uno ve que ha evolucionado en el tiempo y es otro jugador”, añadió el capitán en Italia 90.
Cambio radical. Si bien el mediocampista llegó al Monstruo con unos kilos de más (seis), siguió al pie de la letra un plan específico que le dio el preparador físico, Pierluigui Morera.
Los resultados se comenzaron a notar; Calvo se ganó la confianza como extremo por derecha y por izquierda, y ahora lo hace más en el centro como pareja de Marvin Angulo.
El tibaseño es el octavo jugador más regular de la S con 1.055 minutos. Desde que debutó, el 27 de febrero en el triunfo ante Carmelita (4-0), no se ha perdido un solo partido.
Calvo festejó en una ocasión y es el segundo con más asistencias en el club, con cuatro, una menos que Hansell Arauz.