Desbordante felicidad

Tras varias fechas de sufrir, los morados se adueñaron de las cuatro vueltas al vencer con facilidada Sagrada Familia

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Felicidad desbordante. Superioridad plena. Triunfo sin apelaciones; confirmación y victoria en la primera fase.El camino allanado con goles y el subcampeonato asegurado en la primera etapa; la segunda retrasó la fiesta pues resultó de trámite en espera del pitazo final.

Los morados subyugaron a un adversario limitado, tímido, sin la fuerza y la contundencia necesaria para inquietar al líder, que jamás vio en peligro el cetro que hasta la fecha había ostentado.

Victoria morada 3 a 0 sobre Sagrada Familia, clara y sin contratiempos. Saprissa supo jugar con sus piezas, aprovechó los yerros ajenos y culminó con éxito la campaña.

Su mal mayor en el torneo: la deficiencia en la red. Ayer quedó saldado con tres presencias en la cabaña de Leal.

Decisión y consistencia. Los actuales monarcas labraron su triunfo con futbol simple y efectivo, amén de que su rival exigió poco. La creación de Ramírez, la movilidad de Coronado frente a la zaga enemiga, el aporte de Vladimir y la jerarquía de Fonseca en el puntillazo final bastaron para coronar las cuatro vueltas.

Gol y caída. La primera conquista tibaseña sirvió para que el esquema local se desdibujara; entonces, los visitantes transitaron por la gramilla del Estadio Nacional con soltura, pese a las marcas y la determinación anfitriona.

Pase preciso, al espacio, donde la defensa titubea y el delantero lleva ventaja. Así se puede resumir la forma como Coronado habilitó a Fonseca en lo que fue la antesala del primer tanto.

Cobro, lentitud en la reacción del contrincante, pecado sagradeño y virtud del goleador morado. El partido era aún joven --minuto 24-. Peligroso, demasiado. De inmediato surgieron en las tiendas del cuadro sureño los reclamos, las acusaciones entre sus jugadores. Golpe psicológico que estremeció el planteamiento de Mattera.

A partir de ese momento el cotejo tuvo un dueño absoluto: Saprissa.

Libertad

La ventaja en la pizarra, la tranquilidad que ello depara y las limitaciones del rival hicieron que los monarcas gestaran con más facilidad su balompié.

Saprissa crecía y continuaba insistente. Imponía su presión en el primer cuarto de cancha del once sagradeño.

Los anfitriones no encontraban el sendero al marco de Ramírez. Allan Oviedo, encargado de tapar la salida de Vladimir por el sector derecho, se cambió al otro costado y el lateral se encontró de pronto con la vía libre, sin obstáculos.

Los campeones sumaron a Vladimir al ataque, quien logró su hermoso gol al minuto 36; balón al ángulo superior izquierdo de Facundo, ya había visitado con peligrosidad el área contraria. Con esa diana la llama de la victoria se encendió en la gradas. Todo estaba consumado. La tercera conquista confirmó con creces la superioridad de los pupilos de Carlos Linaris. Fonseca le puso el sello definitivo.

La segunda parte se convirtió en un martirio para los espectadores, sus matices fueron grises. Tiempo estéril y angustiosa espera del pitazo final.

Llegó la oportunidad para el festejo, las banderas moradas ondulaban en el Nacional, con la excepción de una, cuyos autores tristemente la adornaron con el símbolo nazi de la cruz gamada.

SAGRADA FAMILIA 0-SAPRISSA 3

Sagrada Familia: Facundo Leal, Freddy Caravaca, Henry Campos (Darío Silva, 39'), Ronny Díaz (Raymond Harris, 46'), Sidney Edwards, Rodrigo López, Hárold Camareno, Carlos Vivó, Wílson Muñoz, Allan Oviedo, Jorge Roldán. D.T.: José Mattera Teglia.

Saprissa: Geovanny Ramírez, Mauricio Wrigth, Vladimir Quesada, Enrique Díaz (Víctor Cordero, 39'), Oscar Ramírez (Juan Cayasso, 77'), Germán Rodríguez, Benjamín Mayorga, Rolando Fonseca, Giancarlo Morera, Evaristo Coronado, Javier Wanchope. D.T.: Carlos Linaris Velo.

Arbitros: Rodrigo Badilla, auxiliado por José Cubero y Rodolfo Ledezma.

Goles: 1-0 (24'): Rolando Fonseca. 2-0 (36'): Vladimir Quesada. 3-0 (41'): Rolando Fonseca.

Estadio: Nacional.

SAGRADA FAMILIA

Facundo Leal: Nada pudo hacer para evitar la caída de su cabaña en tres ocasiones. Cumplió.

Freddy Caravaca: Pese al esfuerzo siempre se topó con problemas para marcar las arremetidas de Coronado y Wanchope.

Henry Campos: Su labor era deficiente hasta el minuto 39, cuando su técnico se vio obligado a sustituirlo.

Ronny Díaz: Lució desubicado durante la primera etapa tanto que en la segunda se quedó afuera.

Sidney Edwards: Vigiló celosamente su sector, Oviedo colaboraba en su función; cuando se cambió de lado lo dejó huérfano.

Rodrigo López: Gran error en la primera jugada que propició el primer gol morado. Es demasiado lento para desempeñarse como líbero.

Hárold Camareno: Le faltó compañía y fuerza en sus incursiones. Derrochó sudor y voluntad.

Carlos Vivó: No fue su día, se mostró lento y sin imaginación. En la recuperación de balones estuvo deficiente.

Wílson Muñoz: Tiene clase y jerarquía. Debe confiar más en su capacidad. Ayer tuvo dos opciones para inquietar a Ramírez y prefirió postergar el disparo.

Allan Oviedo: En principio tapó bien la salida de Vladimir Quesada; en su aporte ofensivo jugó un papel muy gris.

Jorge Roldán: Se quedó en el intento. Le faltó contundencia para desbordar a la zaga morada.

Darío Silva: Llegó tarde al partido (minuto 39'), con su presencia Sagrada Familia logró mayor equilibrio en el mediocampo.

Raymond Harris: Se metió en el partido y colaboró para evitar una estrepitosa caída de su equipo.

José Mattera (D.T.): Algunas de sus piezas le fallaron y el ajedrez que quiso plantear se le cayó. El cambio de posición que experimentó con Oviedo no le rindió sus frutos. Prueba de ello es que después rectificó.

SAPRISSA

Geovanny Ramírez: Juego tranquilo, sin exigencias.

Mauricio Wright: Cumplió sin mayores contratiempos. El rival presionó poco.

Enrique Díaz: Se marchó tempranamente, suponemos que por lesión; en su misión de stopper estuvo acertado.

Vladimir Quesada: Gran gol. Lo gestó con ilusión y lo marcó con una calidad envidiable. Llenó de estética la red de Facundo.

Germán Rodríguez: Controló con facilidad a Camareno, trató de sumarse al ataque como en el pasado con su antiguo club.

Benjamín Mayorga: Partido fácil. La presencia de Morera le alivianó su tarea.

Giancarlo Morera: Ayer no estuvo a la altura de sus mejores condiciones, evidenció que le hace falta la continuidad.

Rolando Fonseca: Consiguió la primera y la tercera estocada. Tiene "olfato" de goleador.

Javier Wanchope: Se robó un balón y cuando debió matar se enredó. Evidentemente no es un artista con la pelota. Ayer se quedó con el deseo de conseguir su anotación.

Evaristo Coronado: Su participación en el ataque resultó primordial y clave. Excelente juego.

Víctor Cordero: Entró cuando el partido ya estaba finiquitado. Trabajo tranquilo.

Juan Cayasso: La afición lo quería ver desde el principio, por eso coreó su nombre. Cuando ingresó -minuto 77- ya era poco lo que podía hacer.

Carlos Linaris (D.T.): Se aseguró el subcampeonato y, como él lo ha reiterado en varias ocasiones, fue un premio a la constancia y a la regularidad de su conjunto.