En Costa Rica se registran 2.153 entrenadores graduados en, al menos, una de las seis licencias que otorga la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) para dirigir en distintas categorías, desde escuela de fútbol hasta Primera División. ¿Es una cifra muy alta o se necesitan más técnicos para cubrir el país completo?
Por ejemplo, el contexto actual muestra que en la división de honor solo hay espacio para 12 técnicos y, en algunos casos, dos asistentes por club, mientras que en la Liga de Ascenso se contabilizan 18 entrenadores, uno por cada plantel inscrito. A plena vista, parecen muy pocos campos para tantos graduados, pero en la Fedefútbol tienen una hipótesis muy distinta, pues creen que la cantidad de entrenadores es baja, cuando el objetivo es profesionalizar por completo el fútbol tico.
La Nación desgranó la realidad actual de los técnicos de fútbol en Costa Rica en su nuevo proyecto Deporte a Fondo. La premisa de estos reportajes es profundizar y mostrar todas las aristas que rodean un tema, visible a plena vista, pero al que pocas veces se le saca punta para conocer el detrás de escena.
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En este primer enfoque se analiza con lupa el panorama de los entrenadores en el país; cantidad de graduados, costo por licencia, dificultad de los cursos, plan de estudio y un sinnúmero de variables que rodean el proceso de preparación para convertirse en un técnico profesional.
Largo proceso. En Costa Rica, la Fedefútbol imparte seis licencias, A-Pro, A, B, C, D y E. Cada una ofrece un conocimiento específico para dirigir una nueva categoría; es decir, con la licencia E el técnico puede entrenar un equipo de niños en una escuela de fútbol. Conforme se avanza de módulo, aumenta el grado de dificultad.
El siguiente infográfico le explicará el plan de estudios de cada licencia, la duración y la categoría que podrá comandar (escuela de fútbol, Sub-15, Sub-17, Liga de Ascenso o Primera División), de acuerdo al nivel en que se encuentre.
En total, hay casi 4.000 licencias en Costa Rica y 2.153 técnicos. Esto significa que, en algunos casos, los entrenadores se inclinan por cursar las licencias más básicas, pero en otros continúan el proceso de formación hasta llegar a la A.
Si un alumno inicia su formación desde el primer curso (licencia E), llevará un total de 18 materias hasta conseguir la A, que le permite dirigir en Primera.
La licencia E, adoptada como 'Fútbol Base’, es el rango más básico para convertirse en técnico. Con este certificado se puede dirigir escuela de fútbol. En total, 1.760 personas la han aprobado.
Julio Murillo, director de desarrollo de la Fedefútbol, reconoce que la cifra parece elevada, pero insiste en que no alcanza para dotar a todo el país de estrategas profesionales. En pocas palabras, se queda corta en la idea de que cada escuela de fútbol sea manejada por un técnico, en lugar de una persona empírica.
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“Si queremos atravesar el camino correcto, todos nuestros entrenadores, o la gran mayoría, deben ser clase A. No visualizo un entrenador clase A solo para dirigir nuestros equipos de Primera o Segunda División, necesitamos entrenadores clase A para nuestras bases y equipos juveniles. Tenemos que apostar a la excelencia”, explicó Murillo.
Aunque con la licencia A se puede ser entrenador o asistente de unos 30 equipos en dos categorías del fútbol tico, Murillo cree que el fútbol es mucho más integral.
El ideal de Murillo es que en las fuerzas básicas haya profesionales mejor capacitados para obtener futbolistas con mejores condiciones técnicas.
Conforme los timoneles mejoran su grado académico, pueden obtener una capacitación más elevada y dirigir en otros campeonatos, o en otras ligas.
Por ejemplo, la A es el grado más alto y preparó a 393 técnicos. Luego apareció la licencia A-Pro, un plan piloto de Concacaf que permitió, en conjunto con la Fedefútbol, graduar a 32 jefes de banquillo, quienes obtuvieron una preparación superior.
Los inicios. En los últimos ocho años se han expedido 3.800 licencias. Las primeras 52 fueron en el 2011, cuando Rolando Cadáver Villalobos era director de selecciones.
En aquel entonces se graduaron técnicos como Rónald González, Paulo César Wanchope, Mauricio Montero, Luis Marín y Jafet Soto.
“Una de las metas era llegar a que la gran mayoría de gente que estaba vinculada al fútbol lograra sacar su licencia; en ese momento no me creían cuando yo decía que el ideal era que la licencia fuera un requisito para dirigir. Se reían de mí por eso, y ahora es requisito", recalcó Villalobos.
El entrenador explicó que durante años existieron instituciones que brindaron algún tipo de enseñanza para entrenadores, como la Universidad de San José, Fundepos y la Universidad Nacional (UNA). Fue más tarde que la Fedefútbol impulsó los cursos de sus propias licencias.
“Era una necesidad, la gente andaba estudiando por su cuenta, yo había ido a estudiar a Italia, Alemania e Inglaterra en una forma individual y en la UNA, pero eran situaciones individuales aisladas", agregó.
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Uno de los primeros graduados fue Wanchope, quien unos años más tarde agregó a su hoja de vida la licencia A-Pro y posteriormente estudios adicionales en Europa; tiene licencia UEFA B y UEFA A.
El técnico asegura que la formación conlleva un ingrediente individual; no basta con llevar un curso, ya que el fútbol cambia y evoluciona a través del tiempo.
“Es importante que todos nos preocupemos por estar actualizados y eso será en beneficio del fútbol. También es un tema de conjunto, pues se habla mucho que los entrenadores tienen que prepararse, pero también hay que crecer dirigencialmente, en infraestructura y planificación", recalcó Chope.
En la base de datos de la Fedefútbol hay cientos de entrenadores que deben migrar su información actualizada a una plataforma que lleva por nombre FIFA Connect, instaurada por el ente que rige el fútbol para llevar un orden y tener claridad sobre la cantidad de técnicos que existe en cada país.
“Hay muchos que han estudiado, pero no han sacado una acreditación. Eso es importante para estar al día con FIFA", recalcó Murillo.
Solo 386 técnicos tienen cuenta en FIFA Connect.
Número revelador. Hay casi 4.000 licencias para técnicos otorgadas en Costa Rica pero, ¿es amplia la bolsa de empleo para los que mejor se han preparado académicamente?
En el país hay 393 personas con la licencia A. Si se parte del hecho de que todos aspiran a dirigir en Primera o Segunda División, solo el 7% podría tener trabajo.
Murillo cree que es incorrecto mirar la licencia A como sinónimo de dirigir en Primera. Por el contrario, se necesitan técnicos mejor capacitados en las etapas básicas de la formación. Incluso, el administrativo enfatizó en que no hay entrenadores suficientes en el país.
Al mismo tiempo, Murillo insiste en que se deben cerrar los portillos que permiten a exjugadores sin licencia dirigir en Primera, como sucede hoy en día con Allan Alemán, a quien Grecia inscribió como estadígrafo, pues no posee los estudios.
Un caso similar sucedió el año pasado, cuando Vladimir Quesada asumió el Saprissa sin haber aprobado la licencia A. La diferencia es que el extécnico sí tenía estudios previos en la Universidad Nacional.
“En estos momentos el reglamento de las ligas establece que en el banquillo puede estar una persona inscrita como estadígrafo siendo el entrenador, y esto lo vamos a ir regulando paso a paso. Llegará el momento en que estas situaciones no van a suceder", recalcó Murillo.