Con la llegada de Semana Santa muchos acuden a Puntarenas a buscar paz y tranquilidad, pero en esa provincia se está a las puertas de un cisma futbolístico.
El director técnico del cuadro chuchequero, Henry Duarte, negociará en las próximas horas con la dirigencia del club su salida al final de las cuatro vueltas, toda vez que se siente inconforme con varias situaciones que envuelven al equipo.
"Voy a conversar con Alberto París (presidente) para llegar a un acuerdo y dejar el club. Hay un divisionismo en la junta directiva y los jugadores tienen una apatía y desgano que perjudica cualquier trabajo, creen que ya hicieron el trabajo de la temporada y no quieren superarse", expresa el timonel.
Duarte, quien prácticamente tiene a su equipo clasificado para la segunda ronda, manifiesta que su partida sería una forma de solidarizarse con París, pues "Puntarenas es lo que es por el trabajo de don Alberto y unos allegados".
"Hay unos directivos que no me apoyan y hacen lo mismo con el presidente, lo cual es muy perjudicial para el equipo. La única forma que veo de permanecer en el equipo es que Alberto me lo pida", sentencia.
Lamentó que durante toda la campaña los jugadores porteños han recibido un escuálido apoyo de parte de los aficionados locales, lo cual es inconcebible, ya que desde hacía mucho tiempo Puntarenas no permanecía en los primeros lugares de la tabla durante todo el año.
Por otro lado, se ha manejado la posibilidad de que Duarte sea llamado por el seleccionador nacional, Valdeir Badú Vieira, para formar parte del cuerpo técnico de la selección nacional.
París se queda
En los últimos días trascendió también que el presidente París podría dejar su cargo y acompañar a Henry Duarte en el adiós a la divisa naranja, pero ayer el propio dirigente negó cualquier alejamiento.
"Todavía no voy a dejar la presidencia de Puntarenas. Mi partida no será una crónica de muerte anunciada. Cuando tenga que marcharme me iré de una sola vez, no me voy ni antes ni después."
Según los estatutos del cuadro porteño, hasta 1997 vence el periodo para el presidente, a lo cual París responde: "Tengo que aguantar piña y me quedaré hasta que ya no soporte; si me "encachimbo' antes de ese tiempo, me marcho".
Con respecto a la inminente partida de Duarte como entrenador del equipo, el dirigente afirma que la decisión le duele ya que es un gran técnico, pero él no puede tener a alguien que está a disgusto.
"Debo arriar con lo que tengo y el que se quiere ir de Puntarenas que se vaya. El se siente desanimado por la falta de apoyo de la afición y el trabajo de algunos jugadores que no es el más idóneo."
Fue enfático al afirmar que la división que existía en el seno de la dirigencia se ha ido eliminando con la partida de los elementos disociadores, los que, al igual que una parte de la afición, nunca apoyan al equipo y más bien lo critican.
"Nosotros abríamos las puertas del estadio a mitad del partido y muchos enemigos del equipo entraban y gritarles e insultar a los jugadores y a la directiva. De ahora en adelante el que quiera entrar al estadio tendrá que pagar."
Esta situación ha provocado que París maneje la posibilidad de que su equipo juegue los partidos de local en un estadio del área metropolitana, a fin de llevar más aficionados al estadio para mejorar las recaudaciones y ayudar en el aspecto financiero, ya que las responsabilidades son muchas.
"Imagínese que para el partido contra Belén los únicos aficionados que llegaron fueron los familiares de los directivos visitantes, los cuales no pagan. Si hacemos un partido contra Cartago en San José nos aseguramos de que lleguen gran cantidad de aficionados "cartagos' y tengamos una mejor recaudación que si hicieramos el partido en el puerto."
La próxima semana quedará definida esta situación, ya que se está negociando con algunos equipos del área metropolitana para que faciliten el estadio para realizar los encuentros de Puntarenas.