Tras la pérdida de su invicto y los oscuros resultados de las últimas dos jornadas, Cartaginés fue víctima de rumores que daban por acabada su solitaria estadía en el primer lugar del Torneo de Verano.
Lejos de asustarse con los fantasmas de una mala racha, los brumosos volvieron ayer por la senda de la victoria y derrotaron de visita a un Carmelita que amenazaba con colarse en zona de clasificación.
Dos goles en los últimos 15 minutos del partido, le bastaron a los paperos para ratificarse en la cima del torneo y mantener a buena distancia a sus seguidores.
Y aunque los goles llegaron en el ocaso del juego, el de ayer en el estadio Alejandro Morera Soto, no fue del todo un cotejo aburrido.
Apenas al minuto 2, los brumosos tuvieron la primera ocasión clara de gol, cuando Danny Fonseca cabeceó sin marca un tiro de equina, pero su remate llegó manso hasta el guardameta Marco Madrigal.
Después fueron los carmelos quienes protagonizaron la acción más dramática del encuentro. Un centro de Bryan López fue mal rechazado por Villalobos Chan y obligó al meta Wardy Alfaro a evitar que la pelota entrara al arco.
Sin embargo, su rechazo quedó dentro del área chica y Adrián Marrero aprovechó para soltar un fogonazo a quemarropa que dio de lleno en el rostro del arquero brumoso. Alfaro cayó inconsciente y sangrando por la boca. El cuerpo médico brumoso actuó con rapidez y tras estabilizar al golero, lo trasladaron al hospital.
Después de ahí, la primera parte estuvo casi ayuna de emociones. Solo un remate de Hanssell Aráuz al 38’, que hizo volver sus pasos al portero Marco Madrigal y enviar afuera lo que la afición brumosa ya cantaba como gol.
Otro rostro. A pesar de esa aproximación brumosa, fueron los carmelos quienes dominaron la etapa inicial, presionaban al Cartaginés en su propio terreno y ahí mismo montaban el ataque.
Sin embargo, desde el arranque de la segunda parte, los locales se olvidaron de la presión y cedieron la mitad del campo.
Ahí fue cuando Cartaginés se vio mejor. Danny Fonseca y Félix Montoya recuperaban la pelota y abrían la cancha para que desde el costado surgieran los centros de Carlos Johnson y Paolo Jiménez.
Cuando los carmelos se dieron cuenta, en menos de 15 minutos, ya estaban encerrados, sacando agua del bote, y se habían salvado en al menos dos ocasiones.
La resistencia terminó rompiéndose al 77’, cuando Félix Montoya se olvidó de su rol defensivo y se internó en el área para soltar un remate, que Madrigal ni vio pasar.
Tras el justo gol brumoso, Carmelita intentó reaccionar y buscar casi a tientas el empate, pero Johnson apareció con la sentencia.
A siete minutos para el final, el lateral derecho avanzó por su pradera eludiendo rivales y, casi sin ángulo, soltó un obús imposible para el portero carmelo.
El 0-2 fue una lápida para un Carmelita que, tumbado en su propio terreno, solo pudo ver cómo Cartaginés se encumbraba aún más en el liderato del torneo.