Alajuela. Carlos Hernández le aplicó a Alajuelense la vieja regla del exjugador, esa que tantos recuerdos le trae a las aficionados y que, para bien o para mal, nunca termina de pasar de moda.
Había expectativa por lo que el Zorro pudiera hacer en su antigua casa, un Morera Soto bastante escaso en feligresía y que poco hizo por recordarle a Hernández su pasado rojinegro.
Cuando el reloj se acercaba al 53’, esa derecha que tanta alegría llevó a Alajuela puso a Cartaginés adelante en el marcador, con el adorno de la mejor jugada que la visita tejió en todo lo que dejó este primer pulso de las semifinales del Torneo de Copa.
“Creo que el equipo hizo un gran partido, vinimos a trabajar a consciencia, estamos agarrando el torneo con responsabilidad y gracias a Dios se nos dio el partido, Cartago tenía mucho de no ganar acá y hoy (anoche) se dio”, dijo Hernández tras el encuentro.
De vuelta. El regreso de Hernández a las canchas ticas después de su longevo paso por el extranjero, dejó ver a un volante diferente, menos inclinado a labores de creación y más entregado al juego de bandas.
Y aunque su remate pareció sufrir un poco con el herrumbre de los años, la vuelta al Morera Soto no pudo ocultar esa intención histórica por hacer daño desde lejos.
“Es verídico –lo de hacerle goles al antiguo club–, le agradezco a los compañeros, hice muchos goles con la camisa de la Liga”.
Invitado a regresar al país en busca de ese ilusorio llamado al avión hacia Brasil, el Zorro dijo estar contento con el desenlace, que no lo llevó hacia el sur, pero lo tiene de vuelta en el panorama.
“Me siento bastante bien, contento, no se dio la oportundad de ir al Mundial pero no me puedo echar a morir, todavía tengo para dar”.