Carlos Bianchi piensa en Cartaginés

Técnico de Vélez desea conocer potencial brumoso

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París. Como cada año, Carlos Bianchi estuvo un mes en París, pasando sus vacaciones en familia, lejos del agobiante calor de Buenos Aires, pero con la idea fija de añadir una nueva estrella al firmamento de títulos de su club Vélez Sarsfield.

Esta actitud ganadora y su impresionante récord al frente del club velezano, le han granjeado el respeto y la denominación de técnico número uno de Argentina.

La disputa de la Copa Interamericana ante el Cartaginés de Costa Rica, el 17 y 24 de febrero próximos, ya ocupa un buen lugar en los pensamientos de un hombre que siempre quiere ganarlo todo.

"Haremos lo imposible para ganar ese trofeo. Ese es nuestro primer objetivo. Después vendrá el campeonato de mi país", adelantó Bianchi, flamante manejador del actual campeón del Torneo Apertura argentino.

"Las ganas de reencontrarme con el equipo son muy grandes", externó el técnico desde Francia, país al que califica como su "segunda patria".

Trayectoria

Casualmente fue aquí donde realizó la mayor parte de su carrera como jugador en Reims, París Saint Germain y Estrasburgo, y donde trabajó como director técnico en Reims y Niza, antes de volver a Argentina en 1993 para lograr una campaña histórica con Vélez: campeón de Argentina, de la Copa Libertadores y de la Copa Intercontinental.

Vélez empezó hace dos semanas la pretemporada bajo las órdenes de su ayudante de campo, Carlos Ischia, y el preparador físico, Julio Santella, según dijo el propio técnico.

"Ahora nos instalamos, como cada año, en Necochea, una ciudad tranquila en la costa atlántica; jugaremos algunos partidos en Mar del Plata, y después directo a Costa Rica."

Bianchi lamentó disponer de escasa información sobre el campeón de la CONCACAF, su próximo adversario.

"Estoy muy contento de poder viajar a Costa Rica, un país que no conozco, pero que parece muy lindo. Y al Cartaginés, vamos a respetarlo como se lo merece. Si llegaron a esta final, por algo será. Habrán tenido que derrotar al campeón de México, y no cualquiera lo hace".

"Hay que pensar también que para ellos este partido es muy importante, quizá el más importante del año. Van a estar muy motivados", puntualizó el estratega.

"Por eso, en cuanto llegue a Argentina, voy a tratar de conseguir el máximo de informaciones sobre el Cartaginés y, si es posible, algún vídeo. Es algo que forma parte de nuestros principios: dar a una final internacional la importancia que se merece."

A decir verdad, este interés no le hace perder el sueño. Bianchi sabe que dispone de un equipo aguerrido y que sabe lo que quiere.

"En principio, seguimos con el mismo plantel que el año pasado. De todos modos, no tenemos ninguna razón para cambiar nuestras costumbres; debemos demostrar que seguimos actuando de la misma manera. Cuando uno pone un profesionalismo total, una concentración total, tiene más posibilidades de ganar."

Ganar, una sana costumbre para Carlos Bianchi. Un técnico que disfruta a fondo con su trabajo, pero que añora sus años de futbolista.

"La verdad es que ser técnico no es tan lindo como jugar. Pero ya no puedo darme ese gusto, tengo la rodilla demasiado tocada. Mi mayor placer es tirarle a (José Luis) Chilavert desde 20 a 25 metros. Cuando le meto una, ni te cuento", expresó.

El paso por París

En París, Carlos Bianchi y su esposa Margarita siempre están como en su casa. A pesar del rigor del invierno, les encanta reencontarse con la casa que poseen en Plaisir (Placer), pequeña comuna suburbana, adquirida 20 años atrás, cuando él jugaba en el París Saint Germain.

Allí los esperan también su carro, un soberbio Mercedes Benz, y sobre todo sus dos hijos. "Carlos, el varón, está casado y ya me hizo abuelo, y Brenda, de 20 años, que estudia literatura en la Universidad Católica", explica.

"Francia me tira mucho, pero yo sé que me voy a morir en Argentina", nos contó Bianchi poco antes de tomar el avión de vuelta hacia Buenos Aires.

En espera de ello, Carlos Bianchi aprovechó su estancia en París para seguir de cerca los movimientos en los grandes clubes europeos. "Tuve algunos contactos con el Barcelona, así como con el Inter de Milán. Me atrae mucho la idea de dirigir un gran club italiano o español. Pero solo un grande de verdad."

Una cosa es segura: Bianchi empieza su última temporada en Vélez. "Yo les dije a los dirigentes que necesito cambiar de aire. El 5 de agosto puedo estar trabajando en alguna parte, o de vacaciones con mi esposa. Pero ya no en Vélez."

Por el momento, sin embargo, su cabeza sigue allá, en el Fortín de Liniers, el estadio José Amalfitani que los jugadores del Cartaginés descubrirán dentro de unas semanas.

Amable, disponible, respetuoso con la prensa, Carlos Bianchi irá a Cartago para conquistar un nuevo trofeo, y para mostrar también que se puede triunfar sin dejar de ser buena gente. Costa Rica va a descubrir a un gran señor del futbol.

(*) Alejandro Valente es periodista de France Football y Radio Francia Internacional. Esta entrevista la hizo a Bianchi en París, desde donde viajó el viernes pasado a Buenos Aires para dirigir la pretemporada del Vélez.