Con luz propia, la estrella de Belén brilló, pero no hubo que buscarla en el firmamento, estaba a ras de suelo, personificada en hombres que sacaron su casta para resolver un encuentro de futbol con marcador de 5 goles a 0.
Este fue el resultado con que los belenitas derrotaron al cuadro de San Carlos, en una tarde llena de sol y además de emociones.
Fue un juego que empezó a tener gusto en el minuto 10 de la primera parte. Luego de que los actores (nos referimos a Belén), entraron en calor, todo se dibujó para que iniciaran su fiesta, contrario a los norteños, los cuales aún a los 90 minutos estaban tibios.
Llegaría el premio a la insistencia. Una jugada en la que Adonis Hilario lo tenía todo para bailar su samba sirvió para que su compañero Juan Alvarado fusilara al arquero Elyam Sibaja.
La locura se desató en las pobladas gradas del estadio Pedregal. La suma continuó con los rápidos y oportunos centros de Carlos Rodríguez, que alzó su mirada para decirle a Oviedo que la dejara dentro de los cordeles.
Era ya dos goles tempraneros y Belén quería más, y más tuvieron.
A Oscar Ramírez no se le puede dejar pensar, mucho menos con el balón en sus zapatos. Prueba de ello fue el servicio a lo profundo que fue interceptado por el "matador de la tarde"; Oviedo recibe, enfrenta y coloca el balón dentro de la red.
Pero Oviedo tenía la polvóra pura. Luego del descanso, salió dispuesto a continuar perforando redes y mejor aún si el portero sancarleño le daba por adelantado un regalo de Navidad.
La jugada se suscitó cuando el pequeño número siete belenita esperó un rechazo que da en las piernas de Sibaja. Allí estuvo Oviedo y allí estuvo el cuarto de la tarde.
Para cerrar, no hay quinto malo. Luis Coto hace el trabajo solo, saca a los defensores norteños del camino, preparó su disparo y así como venía, corriendo, continuó hasta fundirse en un abrazo con sus compañeros en la banca del cuadro de casa. La estrella de Belén brilló, y con luz propia.