Fueron descartados por los equipos grandes, la mayoría estaba sin ritmo y con pocas opciones, pero llegar a Pérez Zeledón significó el regreso a su mejor versión.
Ocho jugadores, hoy campeones del fútbol nacional, pasaron por los clubes tradicionales, probaron las mieles del triunfo y después debieron buscar nuevos aires.
Fue en Sain Isidro de El General donde encontraron oportunidades, ilusiones y hambre de trascender.
Muchos pueden pensar que salir de Alajuelense, Saprissa o Herediano, para luego recalar en cualquier otro equipo, es un descenso en la carrera futbolística, pero para ellos fue distinto, significó un reto.
LEA MÁS: Sin un millonario al frente, Pérez Zeledón desafía la caída de los últimos pequeños campeones
Ese sentimiento toma más fuerza hoy, cuando forman parte de la historia generaleña, con el primer título de la Primera División.
Álvaro Sánchez, Juan Gabriel Guzmán, Keylor Soto, Porfirio López, Dave Myrie, Kevin Sancho, Mauricio Núñez y Josué Martínez revivieron la sensación de ser monarcas, pero desde una trinchera distinta.
No lo niegan, se disfruta desde otra perspectiva, porque el esfuerzo de un club con menores condiciones lo enaltece.
“Sabe más”, asegura Álvaro Sánchez, al tiempo que explica las razones.
“La Liga, Saprissa o Heredia siempre están arriba peleando títulos y finales. En un equipo pequeño, es diferente, nadie daba nada por Pérez, por ejemplo. Hay más limitaciones, muchas más cosas que los tradicionales sí tienen... al final, todo ese sacrificio vale la pena”, señaló.
Sánchez recordó que desde su salida de Alajuelense, en mayo del 2015, pasó por otros momentos complicados y fue hasta que llegó a Pérez que halló ritmo, acompañado de un cetro.
LEA MÁS: José Giacone: de futbolista de tercera a estratega de primera
El volante fue a Cartaginés, Uruguay de Coronado, Carmelita y San Carlos. En ese lapso tuvo una lesión de rodilla que lo apartó casi un año y después descendió con los norteños.
Eso también influyó para que el experimentado jugador lo disfrutara más, como también lo sintió Dave Myrie.
A él le tocó salir de Saprissa, recuperarse de una lesión y llegar a Pérez a mitad del torneo.
“Fueron momentos duros, uno se ponía a pensar a cuál equipo podía irse”, afirma.
Pérez le abrió las puertas para ponerse los tacos otra vez y renacer en un ambiente distinto al morado o florense, porque antes también estuvo en Herediano.
Pese a ello, asegura que nunca sintió un bajonazo en su carrera por calar en otro equipo con menos nombre.
“Vi que Pérez Zeledón tenía esa hambre de obtener un título, había mucho compromiso”.
Para los generaleños se convirtió en una ventaja tener en sus filas a jugadores experimentados, pero sobre todo, deseosos de recobrar el protagonismo.
Mauricio Núñez llegó desde el Team, ahí no era tomado en cuenta y Pérez le dio lo que tanto estaba necesitando.
“Buscaba regularidad. Por dicha el profe y cuerpo técnico me dieron la confianza para jugar. Desde que llegué me sentí identificado”.
Keylor Soto ganó el campeonato con Brujas y Saprissa; ya lo había alcanzado, pero en su regreso a Pérez deseaba repetirlo.
Sabiendo lo que era celebrar con un equipo pequeño, no era extraño para él hacerlo con otro.
“Después del campeonato en Brujas, la verdad me quedó el gusano de ser campeón, pase por Herediano y no lo conseguí, en Saprissa sí y en Guatemala no y la verdad ya quería lograr el título”, mencionó el zaguero.
La identificación con el pueblo, ganas de sobresalir, el buen torneo previo y una idea consolidada de José Giacone también fueron gasolina.
“Era algo importante para el pueblo de Pérez. Fue algo más que merecido por el trabajo que se hizo de parte de compañeros, directiva y cuerpo técnico”, expresó Juan Gabriel Guzmán.