Heredia. Pudo ser el jalón de orejas a principio de semana, la apretada posición en la tabla o las agallas extra que surgen al quedar con dos hombres menos, lo cierto es que Belén consiguió ayer tres puntos valiosos que le permiten tomar aire en su lucha por salir del sótano del torneo.
El mismo Santos de Guápiles que el sábado apeó al Herediano de la cima del Inverno 2013, fue la víctima de un cuadro belemita efectivo en la primera parte y aplicado en la segunda.
Aunque los santistas comenzaron el juego con mayor ímpetu que su rival, fueron también los primeros en descuidar su zona defensiva y, apenas al minuto 12, encajaron el primer dardo.
Aníbal Arrieta se levantó sin marca dentro del área para cabecear un tiro de esquina cobrado desde el vértice izquierdo y colocar la pelota pegada al poste.
Estar arriba en el marcador le infundió coraje a un equipo que, a pesar de que no tenía la pelota, tampoco perdía el orden táctico y, a cuentagotas, logró acercarse al arco rival.
Así llegó el segundo tanto al 26’; tras una serie de remates en el área santista la pelota se estrelló en la mano de Edder Monguío.
Ariel Santana se encargó de cobrar la pena máxima y con un remate fuerte puso el 2-0.
Lejos de esbozar una respuesta, Santos estuvo a punto de recibir el tercero, en dos jugadas individuales del pequeño Anthony Umaña que se escaparon, una por un costado y otra bloqueada por la zaga rival.
Fueron los mejores momentos belemitas, pero todo se complicó en la segunda parte, cuando a la presión de los guapileños para acortar distancias se sumó la expulsión infantil del volante de contención Marco Chaves (al 57’).
Con un hombre menos, Belén dejó el ataque para otra día y se concentró en cuidar la que sería su segunda victoria del torneo.
Santos adelantó filas y consiguió recortar distancias al 68’, en una gran acción del recién ingresado Enoc Pérez, que definió con clase ante la salida del guardameta Erick Sánchez.
A falta de mucho tiempo por jugar, el partido se volvió casi un castigo para Belén, y la tensión aumentó al 86’, cuando Santana también se fue a las regaderas.
Al final, el empate no llegó y los belemitas respiraron aliviados en medio de la zozobra del sótano.