Así fue la audiencia de Eduardo Li ante la justicia de Estados Unidos

Audiencia en Nueva York duró 10 minutos y por ahora Li no pidió pagar una fianza.

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Mientras Costa Rica entera dormía, como sucedió aquel 27 de mayo cuando fue detenido en Suiza, Eduardo Li abordó el viernes un avión en Zúrich con destino a Nueva York, Estados Unidos.

Era de madrugada y el exfederativo dejaba atrás la modesta celda de la cárcel de Winterthur, donde pasó recluido más de seis meses.

Lea: Eduardo Li se declara inocente pero seguirá detenido en Estados Unidos.

Acompañado de dos oficiales estadounidenses que volaron con él casi diez horas, Li cruzó el Atlántico para desembarcar en Brooklyn, donde tenía una audiencia en la Corte Federal del Distrito Este.

La cita estaba para la 4:30 p. m. (3:30 p. m. en Costa Rica) y minutos antes de cumplirse la hora, por una puerta lateral, apareció Li. El exfederativo vestía un jeans azul, saco, camiseta y zapatos negros. No estaba esposado.

Lea: Eduardo Li está detenido en la misma cárcel donde estuvo Minor Vargas

“Lucía su cabello muy negro, peinado hacia atrás, no muy corto, engominado (con gel), físicamente no se veía con ningún deterioro ni que arrastrara algún problema de salud”, contó a La Nación Mariano Rolando, periodista de la agencia AFP y quien estuvo presente en la comparecencia.

El reportero era una de las cuatro personas, ajenas al caso, presentes en la sala, aparte del juez, los abogados y personal judicial.

Robert Levy, un juez cálido y cordial, lideró la comparecencia. Cuando inició el acto, de entrada le recomendó a Li mantenerse en silencio “pues todo lo que diga será utilizado en su contra”, le leyó sus derechos y le preguntó si estaba al tanto de los cargos que se le imputaban.

Con voz firme y serena, Li respondió que sí a cada una de las preguntas. En el momento más apremiante del acto, el abogado defensor, Samuel Rosenthal, le aconsejó que se declarara no culpable. Li lo hizo sin titubear.

En todo momento, el exfederativo contó con la asistencia de una traductora.

La audiencia duró solo diez minutos y cerró la jornada de una corte que, en los últimos meses, vio pasar a seis exdirigentes de FIFA involucrados en supuestos actos de corrupción.

A diferencia de los otros, el costarricense no solicitó el pago de una fianza que le permitiera tener arresto domiciliario.

“La opción no está descartada, puede ser que a inicios de la otra semana lo haga”, recalcó Rolando, según una charla que tuvo con el defensor de Li al término de la audiencia.

Cuando la sesión finalizó, el exdirigente nacional caminó hacia la misma puerta lateral por la que entró. Su destino ya no era la modesta celda, en la que estuvo recluido poco más de medio año en Suiza, sino un recinto en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn.

Al menos este fin de semana Li pasará los días ahí a espera de lo que formulen sus abogados, que buscarán la forma de que tenga casa por cárcel en Estados Unidos. Todo a la espera del próximo 16 de marzo, fecha en la que tendrá una segunda audiencia para defenderse de los 19 cargos que pesan sobre él.