A sus 31 años, David Gómez es uno de los profesionales de la salud que atienden la emergencia por el nuevo coronavirus, al ser enfermero en el Hospital México.
En estos días no porta el uniforme como árbitro de fútbol que ha usado en los últimos seis años, tampoco lleva el silbato en la mano, ni las tarjetas en el bolsillo para amonestar o expulsar a un jugador.
Pero su misión actual es decisiva, porque con su gabacha blanca juega el pulso por la vida contra ese virus respiratorio al que los ticos tratan de dominar y ganarle por goleada.
“Ha sido el partido más desafiante que he tenido que arbitrar en toda mi vida”, manifestó Gómez, a través de la oficina de comunicación de la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol).
Gómez proviene de Fray Casiano de Puntarenas y recuerda que un familiar fue quien lo impulsó a decantarse tanto por el arbitraje como por la enfermería.
“Fue motivado por un tío mío, Jorge Farrier, durante mi adolescencia. Él fue exárbitro, no llegó a una segunda liga o Primera División como en este caso; yo tengo la dicha, pero fui motivado por él”, recordó.
Arriesgar su vida y la de su familia para ayudar a los pacientes infectados por el virus, ser testigo de cómo algunos de sus compañeros de trabajo también sufren del contagio a raíz de sus quehaceres en el hospital, han sido de las situaciones más complejas que el silbatero ha tenido que experimentar.
“En el manejo de esta emergencia sanitaria, la parte humana es lo más importante, por supuesto que me preocupa mi familia, mi hijo; pero mi responsabilidad y amor por el prójimo es igual de grande, así como el compromiso y la pasión que siento por el arbitraje”.
Y agregó: “Mi profesión me ayuda dentro de la cancha y al revés, pues como enfermero debo tener liderazgo, más enfrentando una pandemia como hoy, pero a la vez, es necesario tener un equipo de trabajo en el cual poder apoyarse y delegar responsabilidades por el bien del paciente, tal y como sucede en el fútbol. Siempre que tomo una decisión compleja, trato de apoyarme en mis compañeros del cuarteto arbitral”.
Gómez dice que al ser enfermero palpa el lado amable de la persona y “la empatía de ver los requerimientos que pueda necesitar esa persona que pueden ser solventados por uno”.
Pero también habló de una parte dura que enfrentan doctores, enfermeros y otras personas que laboran en los centros médicos.
“En mi caso como enfermero vimos afectada toda la parte social, la gente nos vuelve a ver de forma extraña”, afirmó, para agregar que “en la parte arbitral, como árbitro nos ha afectado mucho, el fútbol de Primera, de Segunda y todas las categorías inferiores, incluido el fútbol femenino, se vieron afectadas por la situación”.
Al concluir sus funciones en el centro médico, tiene otra tarea, porque quiere estar listo para cuando se dé la luz verde para la reanudación del fútbol, deporte que entró en pausa desde el 17 de marzo por el nuevo coronavirus.
“Debemos estar encerrados en nuestras casas, pero la Comisión de Arbitraje nos manda un plan específico físico, un plan psicológico porque tenemos psicólogo y trata de enviarnos semana a semana video-test y exámenes escritos, con los cuales, a pesar de estar lejos, estamos juntos”, acotó.
Según informó este martes el ministro de Salud, Daniel Salas, en el país se han presentado 669 personas positivas por covid-19; de las cuales, 150 se recuperaron y 6 murieron. Además, se descartó la presencia del enemigo silencioso e invisible en 7.495 personas.