Johannesburgo. La Selección de Costa Rica estaba clasificada para el Mundial hasta que apareció Jonathan Bornstein.
Fue aquel partido en Washington con desenlace hitchconiano. Quedaban 20 segundos cuando Bornstein logró cabecear el 2-2 , que le daba el pase directo a Honduras y enviaba a la Tricolor a jugarse la vida en al repechaje con Uruguay.
La Nación habló con el defensa estadounidense en la zona mixta del estadio Ellis Park luego del partido de Estados Unidos contra Eslovenia del viernes anterior, por la Copa Mundial de Sudáfrica.
¿Cómo recuerda aquella noche en Washington?
Recuerdo que terminaba el partido, buscábamos el gol y logré ubicarme en el lugar correcto. Inmediatamente después descubrí que eso iba a evitar que Costa Rica se clasificara directo y que iba a enviar a Honduras a la Copa. Pero lo más importante para nosotros es que nos daba el primer lugar.
¿Habían practicado con usted ese tiro de esquina?
No, para nada.
Entonces, ¿cómo les salió?
Usualmente, yo me quedo atrás en los tiros de esquina. Pero ya era tarde y pensé “es la última oportunidad”. Por eso decidí subir.
¿Qué pensó cuando iba ingresando al área?
En ese momento pensé que tenía una posibilidad, pero como dije antes solo estuve en el lugar correcto.
Costa Rica tenía casi todos sus jugadores atrás y ustedes habían perdido a Oguchi Onyewu, uno de los más altos, por lesión. ¿Cómo lograron un gol de cabeza?
No sé, simplemente sucedió. La pelota estuvo bien centrada por Robbie Rogers, yo entré tarde a la jugada y tan solo me “escabullí” (según se aprecia en el video, ni Michael Barrantes, Pablo Herrera o Cristian Bolaños lo marcaron, pese a que les pasó muy cerca).
¿En algún momento se detuvo a pensar “de verdad que saqué a este equipo del Mundial”?
Yo solo estaba tratando de hacer lo mejor para mi equipo. No estaba pensando en hacerle las cosas difíciles a Costa Rica. Pero luego me enteré de las consecuencias de ese gol para los otros equipos.
¿Recuerda en ese momento las caras de shock de los jugadores costarricenses?
Sí, tenía los dos espectros, porque los costarricenses estaban muy tristes, pero los hondureños estaban felices. Así es en el futbol.
En Chivas USA usted tiene dos compañeros costarricenses, Darío Delgado y Michael Umaña. ¿Cómo se llevan? ¿Hablan de ese gol?
El tema salió algunas veces en nuestras conversaciones, pero nos llevamos muy bien. En el equipo todos tenemos las mismas metas.
En esta Copa del Mundo, ¿qué expectativas tienen?
Llevamos dos empates, tenemos que ganar el próximo partido (contra Argelia). Lo bueno es que no dependemos de nadie más.
¿Qué le pareció el gol que les anularon contra Eslovenia?
Todavía no he visto la repetición (la entrevista fue minutos después del partido). Yo estaba celebrando, entonces vimos al árbitro. No sé qué habrá pitado.
¿Va a pasar al Atlante, tal y como se anunció hace dos semanas?
Yo también oí ese rumor, pero todavía no hay nada seguro. No me molestaría jugar en México, esa es una posibilidad.