Álvaro Saborío vuelve a amargarle una noche a Saprissa

El delantero fue protagonista en la Cueva: esta vez, con la camisa de San Carlos, le impidió el triunfo a los morados

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Otra vez la celebración fue tan eufórica como cuando anotó vestido de rojinegro, hace apenas cuatro meses.

Celebrar en la Cueva le fue tan sencillo con la camisa morada que, seguramente, la costumbre permaneció en el tiempo, aunque en realidad su olfato goleador despierta en cualquier escenario.

No necesita presentación. Si no, que lo diga la afición de Saprissa, que ahora lo tiene muy presente, y no precisamente para bien.

Este miércoles se encargó de amargarles la noche -aún más- con la anotación del 1-1 definitivo ante San Carlos.

Álvaro Saborío apenas dejó a los tibaseños sentirse con ventaja durante seis minutos, tiempo que transcurrió entre su gol y el primero del juego, de Kendall Waston.

El gigante morado sacó del abismo a un equipo de altibajos, pero con más descensos que alegrías.

Pese a que la S fue dominador de la pelota, eso terminó siendo insignificante y el marcador habla por sí mismo.

Un segundo empate consecutivo la vuelve a poner lejos de la Liga y aumenta la tensión a su alrededor.

Y si a eso se le agrega que su goleador de antaño lo siga viendo como una presa fácil, la herida de abre más.

Saborío grito su tanto en la misma área donde aportó a la remontada de Alajuelense de 3-2 el año pasado.

En esta ocasión lo hizo gracias al espacio imperdonable y dado, irónicamente, por Waston.

El zaguero morado se lamentó porque supo que su momento de distracción le estaba costando al Saprissa dos puntos.

Dejar solo a ‘Sabo’ probablemente fue su único pecado, pero le salió muy caro.

Poco antes le había tocado a él celebrar, casi con una jugada copiada, porque también lo dejaron sin marca y también marcó de cabeza.

En estas mismas líneas pudo haberse escrito que su regreso a la alineación, tras perderse dos juegos por castigo, significaron la salvación de los tibaseños.

Y sí, Waston auxilió para hallar la ruta a un gol que parecía esquivo, sin embargo, la fiesta no pudo ser completa.

Su tanto llegó cuando ese camino se vislumbraba muy difícil para los de casa. Las acciones de mayor peligro habían sido cosa del primer tiempo, con remates de Marvin Angulo, Michael Barrantes o Jimmy Marín.

Pero poco a poco esos intentos por jugar rápido se iban diluyendo, bloqueados por el planteamiento sancarleño.

También los remates se toparon con un Kevin Chamorro atento.

San Carlos mostró poco, hasta que volvió del descanso. El mismo Saborío pegó una pelota en el palo (56′) y luego apareció la polémica.

El réferi central, Brayan Cruz, anuló un gol, sin que podamos explicar qué pitó, pues ni el línea le marcó el fuera de juego ni hubo falta sobre el portero Alejandro Gómez.

La decisión, finalmente, fue un respiro para los morados, que poco después emplearon el conocido recurso de enviarle balones a Waston.

La virtud también está en aprovechar cualquier vía y esa parecía suficiente hacia el triunfo.

Lejos de lucirse sobre el terreno, la S estaba consiguiendo su objetivo, sin acordarse que sobre el terreno de juego estaba ese delantero decidido a hacerle daño.

Otra vez, como hace cuatro meses, apagó las sonrisas.