Alajuelense vuelve a sufrir por una torpeza

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Como ocurrió en la final del Torneo de Verano pasado, una torpeza, una expulsión infantil, dio al traste con todas las intenciones liguistas en un clásico.

Aquel 10 de mayo, fue la tarjeta roja que el delantero Jonathan McDonald se ganó apenas al minuto 13 de un juego que acabaría ganando Saprissa 1-0.

Ayer fueron dos tarjetas amarillas –y la consecuente expulsión– que el volante Kevin Sancho se ganó en cinco minutos (33’ y 38’), dejando a su equipo a expensas de un rival que lucía mejor sobre el terreno.

Con un hombre de más, Saprissa terminó de confirmar esa superioridad con dos goles claramente tácticos: uno a la salida de un tiro de esquina y otro, en un contragolpe letal al final del juego, cuando los erizos se fueron en busca del empate.

Sancho, protagonista del desliz, no quiso referirse ayer a su expulsión tras el partido. Salió rápido del camerino y directo a un automóvil particular que lo llevó a su casa.

Sus compañeros sí hablaron de las circunstancias en las que se dio la doble amonestación y lo complicado que fue sacar el partido con 10 hombres.

“Fue una expulsión muy tonta, no puede darse así en un clásico, porque es una cancha grande, un rival que tenemos que respetar”, reconoció el volante de contención Pablo Gabas.

“Es difícil jugar un clásico con un hombre menos, ya lo vivimos en la final anterior y claro que pesa, hay que hacer ajustes y por eso el equipo se vio así”, agregó el guardameta Patrick Pemberton.

El capitán Kenner Gutiérrez aceptó también que la decisión de Sancho no fue la más indicada, pero rescató el coraje que tuvo el grupo para encarar el juego.

“No es lo mismo quedar con diez hombres, pero aún así el grupo no decayó, fuimos al frente, nos vamos con la cabeza en alto porque hicimos un buen partido”, aseguró el zaguero central.

La baja de Sancho, al menos por un juego, dejará un vacío en una zona en la que la Liga no tiene muchas variantes y se suma a las de Allen Guevara, Jonathan McDonald y Ariel Rodríguez, en un cierre de un torneo que pinta intenso para los manudos.