El terreno de juego con la gramilla híbrida (90% natural y 10% sintética), que Alajuelense inaugurará en su casa el 6 de agosto contra el Santos de Guápiles, es más grande.
La cancha sintética anterior medía 105 metros de largo por 68 de ancho, y la que germinó en el Morera Soto tiene una dimensión de 105 por 72.
La grama del Estadio Nacional, por ejemplo, es de 105 por 68, mismo tamaño de la cancha del Ricardo Saprissa.
Con la tecnología híbrida, igual a la que usa el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, a la cancha de la Liga se le añadieron cuatro metros, por lo que se convierte en la más ancha del país.
Ese tamaño no es nuevo para el reducto rojinegro, ya que esas eran las dimensiones originales del terreno de juego cuando tuvo pasto natural.
Según el técnico Benito Floro, esa extensión implica ventajas en ataque, pero desventajas a la hora de defender.
“Que sea un poco más ancha a los lados y no sé si un poco más larga, también no tiene mucha incidencia, salvo que sea una cancha muy reducida”, expresó el entrenador.
Sin embargo, considera que “es cierto que si eres más competitivo y estás en una buena condición física, vas a crearle más problemas a los rivales. Si el adversario es competente, también te hará sufrir; tiene su ventaja en ataque y su desventaja en defensa”.
Al consultársele al técnico que si con esas dimensiones en algún momento Jonathan McDonald, Yuaicell Wright y Jamille Boatswain jueguen juntos en el ataque, bromeó con que también debería alinear a Brayan López y Bryan Jiménez, para que sean siete hombres en punta.
Para el debut contra Grecia en el Apertura 2017, la Liga no contará con José Salvatierra ni Luis Sequeira por sanción; mientras que Yuaicell Wright está sancionado tras acumular cinco amarillas con Limón en el torneo anterior.