Alajuela. El Torneo de Invierno 2014 tiene un nuevo dueño, un superlíder que con tres partidos menos ya mira a los demás desde la soledad del primer lugar.
Liga Deportiva Alajuelense escaló anoche, con méritos de sobra, a la parte más alta del certamen y todo indica que se quedará ahí por un buen tiempo.
Porque no parece haber techo para este equipo de Óscar Ramírez, que ayer firmó el mejor arranque de todos sus 95 años de historia con una goleada contundente sobre Uruguay de Coronado.
Fue un 3-0 totalmente adrede, un triunfo histórico gestado desde el pitazo inicial con la fina estrategia del Machillo y facilitado por la debilidad de un rival que sigue sufriendo en los últimos lugares.
Hubo algo de trampa en la propuesta de Ramírez, dejó que los visitantes intentaran salir jugando en su campo y los apretaba tan pronto cruzaban la línea central para recuperar el balón y lanzarse encima del arco defendido por el joven arquero Darryl Parker.
Uruguay mordió el anzuelo, se animó a tocar y en menos de cinco minutos, los manudos ya le habían dado tres buenos sustos.
A esas alturas era obvio que la resistencia lechera no tardaría mucho en caer y lo hizo de la peor forma, en un gol de Jerry Palacios que puso en evidencia la desesperación que viven los coronadeños.
Al 10’, en un tiro libre que los locales intentaron hacer de pizarrón, la pelota se le ensebó a los defensores lecheros y, de carambola, el hondureño la mandó a la red.
Siete minutos después, el 2-0 de los locales terminó de desnudar la debilidad e inocencia del novato equipo aurinegro.
Un centro de Allen Guevara desde la derecha sobró a toda la parte baja rival y llegó hasta el segundo palo, donde Armando Alonso solamente atinó a ponerle el abdomen para enviar el balón al fondo.
De trámite. Pintaba a catástrofe y por más que el técnico Carlos Watson envió al campo a Jeikell Medina y replanteó el parado de la zaga, no pudo evitar que, al 34’, Palacios anotara su segundo gol de la noche, tras un nuevo centro de Kevin Sancho desde la derecha.
Tres goles antes del descanso, y pudieron ser más. Solo un error del manudo Ariel Soto permitió que Uruguay acariciara el descuento, pero Joshua Díaz lo dejó en manos de Patrick Pemberton.
Con ese panorama, la segunda parte olía a puro trámite, al tradicional manejo de la Liga del Machillo para amarrar los tres puntos y la entrega de los visitantes para evitar una vergüenza mayor.
El vaticinio acabó cumpliéndose: con el ingreso de Jonathan Moya y el juvenil Jeffrey Brooks, los lecheros maquillaron un poco su noche de pesadilla en el Morera Soto.
Y los rojinegros, aunque no renunciaron del todo al ataque, guardaron fuerzas para el trajín que se viene, para defenderse en la cacería del superlíder que comenzará a partir de ahora.