Alajuelense se aferra a la vida pese a la herida propinada por Olimpia

Olimpia se dejó la victoria en la final de la Liga Concacaf. Sin embargo, el pronóstico es reservado en una serie que se definirá el próximo miércoles en la casa de Alajuelense

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Alajuelense perdió y recibió un golpe más, pero sigue con vida. Esa frase pareciera extraña, pero a la vez refleja lo impredecible que es el fútbol, máxime en una serie de ida y vuelta.

Olimpia ganó el primer round de la final de la Liga Concacaf ante el equipo costarricense, pero también es cierto que esta derrota les salió barata a los manudos.

A pesar de que el partido le costó muchísimo a Alajuelense y que el cuadro de Fabián Coito presentó más fallos defensivos que de costumbre, aún no hay nada definido.

Contra los pronósticos, el primer enfrentamiento entre los leones centroamericanos resultó ser de muchos goles.

Eso podría ser un vaticinio para lo que se verá el próximo miércoles, a partir de las 7 p. m., en el Estadio Alejandro Morera Soto.

La ventaja está del lado del Olimpia, con ese marcador de 3 a 2, en esta lucha por el título de la Liga Concacaf; pero Alajuelense con una anotación en su casa igualaría la serie.

En esta final no aplican los goles de visita como criterio de desempate. De ocurrir ese escenario, se procedería a tiempos extra y hasta penales si fuera necesario.

No se sabe qué va a pasar, en Alajuelense tienen que estar listos para cualquier escenario, inclusive, enfrentar otra vez a un Olimpia muy ofensivo.

El equipo de Pedro Troglio llegaba a esta final de la Liga Concacaf con una sequía. No había convertido en sus últimos tres juegos y consiguió bastantes goles frente a la Liga.

Sin embargo, a pesar de que Alajuelense por momentos se veía pasivo y sin tanta fuerza para ir a pelear el balón, los manudos lograron sacudirse y recortar distancia.

Porque hubo un momento en el que el juego se había vuelto una total pesadilla para los rojinegros, cuando iban perdiendo 3 a 1. Con eso, de nuevo las redes sociales ardían, al igual que los chats de WhatsApp.

Porque el liguismo en sí está cansado de ver a su equipo perder títulos. Y aunque algunos tratan de bajarle el piso a esta Liga Concacaf, pareciera que no hay razón para eso.

Se vio la efervescencia que causó esta final en Honduras, con 22.000 personas que abarrotaron las gradas del Estadio Nacional Chelato Uclés, en Tegucigalpa. Y en Costa Rica, el partido también tenía a una gran cantidad de aficionados al fútbol pegados al televisor.

Es lógico y no podía ser de otra forma. Es una final internacional, con un clásico centroamericano de por medio. Sin olvidar que también hay miles de dólares en juego.

Alajuelense sabía a lo que iba. La serenata en la madrugada a cargo de algunos aficionados del Olimpia para interrumpir el sueño de los integrantes de la Liga era una muestra del ambiente que le tocaba afrontar a los manudos en el duelo de Honduras.

El escándalo no llegó hasta las habitaciones de los futbolistas. Quizás, el verdadero ambiente hostil para Alajuelense está propiamente en Costa Rica, causado por sus fracasos y la falta de títulos. Ahí está su verdadero incendio, que solo se puede apagar desde la cancha con cetros.

La Liga quiere dejarse esta Liga Concacaf y le queda un juego, que quizás sea igual o hasta más complejo que este que tuvo en Tegucigalpa.

Pasó lo lógico. Desde el arranque, Olimpia intentó imponer sus condiciones. Muy rápido llegó su primera anotación, con José Pinto, al aprovechar una buena jugada de Michaell Chirinos.

Los albos tomaron dormida a la defensa rojinegra y dieron un golpe tempranero.

Cuatro minutos después se sancionó una falta de Ian Smith en el área. Era el peor escenario para Alajuelense, porque la amenaza de tener un 2 a 0 en contra tan rápido presagiaba lo peor.

Brayan Moya cobró el penal y apareció ese Leonel Moreira que sigue siendo la principal figura de la Liga, mostrando el nivel que tenía cuando llegó a las filas rojinegras.

Es el guardameta que mantiene intacto su sueño de ir con la Selección de Costa Rica al Mundial de Qatar y que lo demuestra con hechos.

Al desviar el penal, Moreira no solo logró bajarle las revoluciones al Olimpia, sino que también provocó que Alajuelense se metiera más en el partido y que empezara a llegar al arco rival.

Fue al cierre del primer tiempo cuando la Liga consiguió el empate. A Giancarlo González lo derribaron en el área y el central no titubeó en pitar la pena máxima.

Johan Venegas se encargó del cobro desde el manchón blanco y el goleador histórico de la Liga Concacaf aportaba lo suyo. Era el 1 a 1.

Pero la alegría le duró poco a Alajuelense, porque Olimpia consiguió un gol de camerino cuando se reanudaban las acciones.

Lo hizo con Jorge Álvarez, que sacó un remate desde fuera del área y se clavó en el ángulo. Eso no era todo. Se estaba dando el peor escenario para los manudos, cuando Michaell Chirinos tenía a los albos con una ventaja de 3 a 1.

Ese marcador parecía ser una sentencia, no solo en el partido, sino en la serie, ante una Liga golpeada por Olimpia y por todas las decepciones que arrastra.

Sin embargo, la defensa manuda aportó algo para devolverle la vida a Alajuelense en esta final. Alexis Gamboa lanzó un centro al área y Giancarlo González martilló la pelota en la puerta del Olimpia.

El partido se acabó 3 a 2, pero aún queda el segundo episodio de esta final de la Liga Concacaf. Una historia a la que aún le falta el desenlace y eso será en el Morera Soto.