Alajuelense procura reencontrar la identidad rojinegra perdida al mirar hacia su cantera

“Creo que aquí para nadie es un secreto, dentro de la valoración y las autocríticas que hacemos, que la Liga por algún tiempo abandonó el proceso de liga menor”, afirmó Fernando Ocampo

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En los 101 años de historia de Liga Deportiva Alajuelense hay ciclos que se repiten y la actualidad del equipo se asemeja mucho a lo sucedido en el mandato de Jorge Hidalgo, en 2008.

Aquella vez, la apuesta implicó darle oportunidad a los talentos formados en liga menor, con quienes el aficionado debía tener paciencia y darles el tiempo de explotar, dos requisitos indispensables siempre que se nombra la palabra “proceso” en el argot del fútbol.

Daban sus primeros pasos muchachitos como Geancarlo González, Kenner Gutiérrez, José Andrés Salvatierra, Cristopher Meneses, Luis Miguel Valle, Diego Estrada, Yendrick Ruiz y Marco Ureña.

Esa generación se encomendó a un formador como Marcelo Hugo Popeye Herrera y explotó en su momento.

Hoy el plan es el mismo, con rostros del semillero manudo que está en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) en Turrúcares.

Viene la oportunidad para figuras del alto rendimiento: Geancarlo Castro, Ian Lawrance, Aarón Suárez, Brandon Aguilera, Carlos Mora y Paulo Rodríguez Santamaría.

Hay uno más: el atacante palmichaleño Nicolás Azofeifa, pero él jugará a préstamo con Jicaral.

Ellos son parte de esa camada, pero en realidad, la Liga ya había empezado su rejuvenecimiento. La cúpula eriza considera que explotar los talentos producidos en casa es la fórmula efectiva para recuperar la identidad rojinegra en el camerino.

Algo que ha sido cuestionado, porque hoy los roles de liderazgo en el camerino los asumen jugadores con pasado herediano o extranjeros.

El camino ya había iniciado desde que Agustín Lleida y Vidal Paloma llegaron a reestructurar la liga menor; pero no era suficiente generar ventanas para que esos jovencitos rasguñaran minutos en un equipo en el que jugaban casi siempre los experimentados.

Con seis años y medio de sequía, equivalente a trece torneos cortos, la Liga optó por dar el golpe definitivo, bajo el pensamiento de que para obtener resultados, hay que hacer cosas distintas.

Así es como en lugar de una ventana, ahora le abre la puerta a esos cachorros, que tampoco es que por ser jóvenes todo lo tendrán tan fácil, porque de igual forma les tocará competir por un puesto contra jugadores que les llevan un poco más de recorrido.

“Tal vez, en la relación que uno hace del pasado, se pospusieron decisiones, motivadas en esa decisión de lo que era la identidad y que había que resguardar de alguna forma ese grupo de muchachos que se había formado en las ligas menores de la institución”, expresó el presidente del club, Fernando Ocampo.

El fútbol es de momentos, de rendimiento y de oportunidades, no tanto para romanticismos, sino para producir futbolistas, usarlos y hasta exportarlos.

“Creo que aquí para nadie es un secreto, dentro de la valoración y las autocríticas que hacemos, es que la Liga por algún tiempo abandonó el proceso de liga menor”, afirmó el jerarca, recordando que la última gran camada de futbolistas salió de esa apuesta de Hidalgo con Popeye.

“Hubo alguien en ese momento como don Jorge que se arriesgó a abrir espacios para que esos muchachos pudieran desarrollarse en la institución. Creo que eso es lo que nos toca en estos momentos, promocionar a esa camada, darles el espacio en el club, acuerparlos con gente que pueda venir a crear esa identidad, ese liderazgo positivo, ese liderazgo ganador, esa garra de la Liga que no importa en qué minuto estemos, podamos correr la bola de marco a marco sin ningún problema”, detalló.

Ocampo reitera que esa tarea está pendiente y que toda la junta directiva que preside está convencida de que eso le hace falta al club.

“Después de esa camada, soy autocrítico. Cuáles fueron los jugadores que la Liga logró en estos diez años sacar. Si no les abrimos espacios para que se curtan, que trabajen con muchachos de experiencia, no vamos a trabajar en esa identidad”, citó.

En esta ocasión se marcharon Kenner Gutiérrez, Cristopher Meneses, Allen Guevara, Luis Sequeira, Anthony López y Jonathan McDonald; hace un año también salió Patrick Pemberton.

“Es un ciclo que se cierra y que nos toca volver a crear y yo tengo grandes esperanzas en muchachos que vienen de las divisiones menores. Ahí está Mora, Brandon, Geancarlo... ya uno empieza a ver despuntando a Barlon (Sequeira) y a Bernald (Alfaro), o ahora que viene Jurguens (Montenegro). Empieza a abrirse un espacio y tenemos que apoyarlos”, indicó.

Y agregó: “Estoy seguro de que nos van a dar alegrías, es lo que nos toca, son procesos, son ciclos que se viven en todos los equipos, pero creo que dentro de esa autocrítica, como institución, desde ese momento de don Jorge no logramos consolidar una fuerza básica que viniese a asumir el relevo generacional y nos toca terminar un proceso que iniciamos hace un par de años y que creemos que darán buenos resultados”.

Se mantienen hombres de experiencia y liderazgo, como Junior Díaz, José Miguel Cubero, Adolfo Machado y José Andrés Salvatierra, pero también el club intenta que esos ‘cachorros’ sean como una esponja y absorban de ellos todo lo que puedan, porque son el presente y el futuro.

“Un jugador como Jurguens Montenegro, de 19 años, que ya tiene una cantidad importante de partidos, es llamado a asumir una bandera importante, al igual que otros y es una tarea que no podemos postergar más, por más que duela”, acotó Ocampo.