Aunque estuvo lejos de dominar el juego, Alajuelense le permitió pocas ocasiones de gol al DC United y mantuvo a raya los nervios. Las dudas no se agrandaron en el panorama manudo gracias a la gran renta del partido de ida en el Morera Soto.
La victoria, por 2-1, del conjunto de la capital estadounidense quedó como una anécdota más en el camino erizo a su segunda semifinal consecutiva en la Liga de Campeones de Concacaf.
Fueron la entrega de Jonathan McDonald –acuerpado por la velocidad y los bríos de los jóvenes Rónald Matarrita y José Guillermo Ortiz en la parte de arriba– y el repartir del balón de Ariel Rodríguez, en la media, las claves que impidieron a los norteamericanos encimar como quisieron.
Gracias a eso, por buen trecho de la inicial parecía que la visita sería dulce, sobre todo con las dos ocasiones que tuvo Rodríguez para abrir el marcador: un remate desde la media, al 18’, que casi sorprende al portero Bill Hamid; y otro trallazo, ese desde los linderos del área al 20’, que se estrelló en el palo y que Matarrita no pudo capitalizar en el contrarremate.
Jairo quiso clavar dudas. Mas los nervios sí se asomaron en el frío, casi congelado, y mojado RFK Stadium de Washington. Fue con el gol de un tico: Jairo Arrieta, quien, al 35’, cazó un mal rechazo de Johnny Acosta para descontar el global a números de 5 a 3, siempre a favor de Alajuelense.
Con ese tanto y la Liga descontrolada por unos tantos minutos, surgió el nervio de que cayera el segundo local y empezaran a sonar los tambores de remontada.
No pasó. Entre faltas y balones perdidos, los del United dejaron que se les pasara el buen momento y el mediotiempo llegó con la repetida imagen de McDonald luchando contra los defensas.
El descanso debió de haber aplacado los ánimos; sin embargo, el DC entró al segundo tiempo con el entendimiento de que los minutos no alcanzaban y su eliminación parecía eminente.
Así, los locales presionaron y buscaron, sin ser efectivos.
Los dirigidos por Óscar Ramírez aguantaron el vendaval y no permitieron más que un remate desviado del argentino Fabián Espíndola, al minuto 50.
Al 70’, ya cuando pasaba el aguacero (figurativa y literalmente) y los manudos retomaban el control, apareció Johan Venegas para, con su anotación, espantar cualquier duda. Se dio en una pelota que Armando Alonso disputó y Johan remató para que el desvío de un defensa la enviara directo al ángulo.
La serie quedó dirimida.
El gol de penal de Espíndola, al 89’ –gracias a una mala entrada de Acosta en el área–, fue inocuo.
El DC United se queda en casa para esperar el inicio de la MLS.
Y Alajuelense se devuelve al país para solicitar las visas de ingreso a Canadá, donde el Montreal Impact lo espera para disputar un boleto a la final de Concachampions . Descripción basada en la transmisión de Repretel.